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Reportaje:PEKÍN 2008 | Faltan 33 días para los Juegos

El nadador que cogió la pistola

Jaime López, primer español en pentatlón desde 1992, empezó en la piscina

Amaya Iríbar

La leyenda del pentatlón moderno dice que se trata de un deporte militar. Debe tener algo de verdad porque el mismísimo Patton, sí, sí, el general de la II Guerra Mundial, acabó quinto en los Juegos de 1912 y hubo que esperar cuatro décadas para ver la primera victoria olímpica de un civil en la disciplina.

Sigue la leyenda. Dicen de este deporte que está inspirado en una misión militar. Encargado de hacer llegar una carta vital, un soldado se sube a la grupa de su caballo y emprende la marcha. A mitad de camino es sorprendido por un hatajo de bandidos. Se defiende con la espada, primero, a tiros después. Liberado, termina su accidentada misión atravesando un río a nado y al final a la carrera.

Especial de los Juegos Olímpicos de Pekín

En Pekín el formato de la prueba, tantas veces alterado por la amenaza de supresión, es el siguiente: tiro (20 disparos con una pistola de aire comprimido a 10 metros de un blanco fijo); esgrima (duelos al primer tocado); natación (200m libre); equitación (circuito de obstáculos con un caballo sorteado) y carrera (3.000 metros). Todo en el mismo día. Doce horas a tope. Y con una particularidad que añade emoción: los pentatletas acumulan puntos (o los pierden) en las cuatro primeras pruebas y según esos puntos toman la salida en la carrera. El que atraviesa la meta en primer lugar, gana. Cuentan los libros de historia olímpica que menudean los finales dramáticos, épicos, justo lo que se espera de unos Juegos.

Basta de leyenda. La verdad es que no hay nada de militar en Jaime López, el primer pentatleta español olímpico desde 1992. Detrás de este canario de 22 años hay un nadador. "Empece haciendo natación, pero me di cuenta de que para competir fuera tenía que ser muy bueno", reconoce el canario en un alto entre una sesión de tiro y otra de esgrima.

Entonces se entrenaba en Telde (Gran Canaria), en un club que también tenía equipo de pentatlón. "¿Por qué no?", pensó. Tenía 14 años y un carácter sosegado perfecto para el tiro. Dos años después compitió en su primer Europeo.

Desde que llegó al centro de alto rendimiento de Sant Cugat, hace cuatro años, López se entrena unas cinco horas diarias. "La planificación es mensual, pero con microciclos de una semana en las que hace las cinco pruebas", explica Juan Carlos Guillén. Teniente coronel de caballería en la reserva, Guillén supervisa las prácticas de tiro y equitación. El húngaro Endre Kovats, todo un personaje, fuerte acento a pesar de los más de 20 años que lleva en España, se encarga de la esgrima, y Manolo Montesinos, ex olímpico, de la natación y la carrera.

Todas las mañanas López, alto, delgado, fibroso, y de sonrisa fácil, empieza el día corriendo y nadando. El resto de especialidades se espacian. Estos días, con los Juegos a un mes vista, dispara tres veces a la semana, monta a caballo, dos, y practica con la espada cuatro días.

Es martes. López empuña con su mano izquierda la pistola de aire comprimido -cañón plateado larguísimo y empuñadura de madera hecha a la medida de su mano, de sus dedos-. Está solo en la sala, con la única excepción de Guillén, sentado a su espalda. Silencio. Una ventana chirría. Con el ojo derecho tapado con un parche de plástico que le permite disparar con los dos ojos abiertos y evitar la tensión de cerrar uno para enfocar mejor, sube el brazo y lo baja lentamente hasta dejarlo en paralelo a la diana. Clic clic clic, practica primero. Cuando por fin dispara, aguantando la pistola antes durante 15 segundos, el estruendo parece mayor debido al silencio.

No le sale muy bien. Acaba de ajustar unos muelles que hacen que la pistola tenga más retroceso. El pentatleta lo nota. Además está cansado, le confiesa a Guillén. El tono entre ellos es tranquilo, casi confidencial, fruto no solo de muchas horas de entrenamiento sino también de los viajes, las competiciones...

Tras una hora larga, el canario cruza una puerta y ya está en la sala de esgrima. López es zurdo, lo que le da cierta ventaja en los duelos con la espada porque la mayoría de sus contrincantes son diestros. "¡No estás, Jaime, no estás!"

Y muy joven. Aunque el pentatlón se ha rejuvenecido desde que todas las pruebas se hacen el mismo día, sus competidores rondan la treintena. "Lo mejor que tiene Jaime es que es muy completo", comenta su entrenador; "no es flojo en nada y es muy bueno en la prueba de esgrima".

Ha mejorado la carrera y se ha centrado en conseguir un buen nivel en esgrima y tiro: "en las pruebas técnicas es donde puedes meter puntos", distancia con los rivales. La hípica es la prueba que "más alegrías" le de últimamente. Y ha trabajado mucho la fortaleza mental.

Llega a Pekín sin grandes aspiraciones. "Es más difícil clasificarse que hacerlo bien". Acabó en el 21º en el Mundial, aunque ha tenido mejores actuaciones en la Copa del Mundo. Pase lo que pase, suyo es el triunfo de recuperar una plaza olímpica para el pentatlón.

El canario, en la sala de tiro.
El canario, en la sala de tiro.VICENS GIMÉNEZ

Jaime López

- Nació el 13 de febrero de 1986 en Telde (Gran Canaria).- Empezó a entrenarse cuando tenía 14 años y dos años después era internacional.- Vive y se entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat (Barcelona) desde hace cuatro años.- Es el primer pentatleta español que participa en unos Juegos Olímpicos desde Barcelona 1992 y será el único en Pekín.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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