Los socios deciden la suerte de Laporta

Joan Laporta fue proclamado presidente del Barça el 15 de junio de 2003 con una cifra récord de votos (27.138, el 52,57%) y de participación (51.618, el 54,79%). Hoy, cinco años después, afronta un voto de censura promovido por Oriol Giralt y Christian Castellví y avalado por 9.145 firmas. Laporta ha pasado en cinco años de gobernar en una situación de mayoría absoluta a temer por su continuidad tras haber sido reelegido en 2006 después de unas elecciones convocadas por mandato judicial puesto que la junta aspiraba a celebrarlas en 2007.

Hay serias dudas sobre el resultado de la jornada de hoy porque se desconoce la capacidad de movilización y ascendente del presidente sobre los socios y tampoco se sabe el impacto que tendrá el anuncio del ex vicepresidente Sandro Rosell en el sentido de que está preparado para presentarse a las elecciones en cuanto sean convocadas. Rosell, vicepresidente hasta 2005, expresaba con su declaración que podía asumir la dirección del club si prosperaba el voto de censura de Giralt.

La irrupción de Rosell, futuro candidato, da a la jornada un tono preelectoral

Así las cosas, Laporta se siente en un dos contra uno, o incluso en todos contra uno, y ha articulado un discurso defensivo por entender que su directiva es víctima de un proceso de judicialización constante y de un acoso desmedido en un intento de "minimizar todo lo que hemos hecho bien". El presidente se emocionó el viernes pasado cuando pidió perdón a sus compañeros de junta por los errores cometidos en su mandato durante un acto de apoyo organizado por representantes de la sociedad civil catalana -acabó el parlamento con un "¡Visca Catalunya lluire!"-mientras la mayoría de miembros de su junta, así como el presidente de la comisión económica, Xavier Sala i Martín, advertían de que el club "se paralizaría" si prospera el voto de censura porque las atribuciones de la gestora son limitadas.

Giralt, quien en su día ya pidió la inhabilitación de Laporta, advirtió ayer precisamente de que "detrás de la iniciativa" de hoy "vendrá una sentencia de un juez por la que los actuales directivos deberán avalar el presupuesto de la temporada, circunstancia que todavía aumentará la sensación de pánico de la junta" -un socio ha presentado una demanda para que se considere como nula la toma de posesión del consejo en 2003 o, subsidiariamente, tenga que avalar por tener responsabilidad en la deuda del club.

El traspaso de poderes de Joan Gaspart a Laporta, y sobre todo la decisión del actual presidente de "no levantar la alfombra" contrariamente a lo que había prometido -los resultados de las due diligence encargadas al respecto nunca se han hecho públicos- todavía es foco de conflicto en el barcelonismo. Hoy, curiosamente, Gaspart y Johan Cruyff coincidirán a la hora de votar a favor de Laporta, que aspira a cumplir su mandato hasta 2010 y cuyo nombre no aparece sorprendentemente en las papeletas de hoy, sino que la pregunta se refiere a la junta.

Los estatutos limitan a dos los mandatos de los presidentes, circunstancia que el consejo entiende como importante para evitar un voto de censura. La oposición, en cambio, considera que los órganos de control social han perdido eficacia. Los aficionados ya expresaron su disconformidad con la gestión de Laporta en los últimos partidos de la temporada en el Camp Nou. El descontento se cuantificó en las firmas reunidas por Giralt para formalizar el voto de censura: 9.145 frente a las 5.883 exigidas, unos números significativos y que seguramente hoy serán objeto de comparación con los que obtuvo Elefant Blau, la plataforma liderada por Laporta y que en 1998 censuró a la junta de Josep Lluís Núñez en un partido contra el Madrid. Núñez obtuvo entonces 24.863 votos (61,52%) frente a los 14.358 (35,52%) del grupo opositor de Laporta.

Laporta reitera que la salud de la entidad es excelente social y económicamente -en 2009 será el club deportivo con más ingresos del mundo: 380 millones- y sólo admite que se cuestione el balance deportivo negativo de los dos últimos años después de alcanzar dos Ligas y la Copa de Europa. Giralt asegura, en cambio, que el Barça es víctima del desgobierno y el descrédito de su junta y del estilo y las formas reprobables de su presidente. Uno y otro coinciden en invitar a los socios a una participación masiva. Aunque Giralt necesita el 66% de los votos para ganar, Laporta no las tiene todas consigo. La jornada ha adquirido un claro tono preelectoral desde la irrupción de Rosell. La duda está en saber si al socio se le pasó el enfado o cree que lo ocurrido no tiene perdón y a Laporta le puede ocurrir lo mismo que a Frank Rijkaard y a Ronaldinho.