Nadal, al abordaje

"Mi primera final fue una gran sorpresa. Las otras, aunque la satisfacción fue la misma, ya no lo fueron. Cuando lo repites... El año pasado hice un partidazo y no fue suficiente por poco". Rafael Nadal llega a su tercera final consecutiva de Wimbledon reflexionando sobre las dos anteriores, recuperándose de la persecución de los paparazzis mientras cenaba el viernes en El cambio de Tercio, y pensando en una conversación con Sergio García. Resulta que el golfista, ese hombre al que siguen llamando El Niño, habló con él por teléfono. No le dio buenas noticias. Hoy toca lluvia y viento en Londres, le dijo. Traducido al tenis: bolas ingobernables y parones para anestesiar su ritmo de juego. Se teme una final pasada por agua y se sabe que Federer arrancará lanzado como un torbellino.

"Sabe que tiene una oportunidad, aunque sea difícil", asiente su tío y entrenador

"El viento", reflexionó Nadal; "es igual para los dos. Los parones, sin embargo, son peores para mí, porque necesito ritmo y continuidad. Federer ya no es el Federer de enero, febrero o marzo. No es el Federer que perdió con Djokovic en Australia o con Fish en Indian Wells", continuó bajo la atenta mirada de Manuel Santana, el único español campeón del cuadro masculino de Wimbledon (1966). "Desde que llegó la tierra batida lleva dos meses de gran ritmo, con muchos partidos y confianza. Y está en su mejor pista".

Los números hablan del mejor Wimbledon de Nadal, al que hoy verá desde un palco Pedro Muñoz, el presidente de la Federación de tenis. El español sólo ha perdido un set, por los seis de 2007 y los dos de 2006. Nunca estuvo menos tiempo en la pista: ha pasado 824 minutos en 2008, por los 888 de 2007 y los 926 de 2006. Además, 2008 es el mejor año de Nadal en puntos perdidos con su servicio: 120, por los 170 de 2007 y los 192 de 2006. Da igual. Federer juega tan bien que hipnotiza: "A veces me distraigo viendo su juego".

"Técnicamente", explicó Nadal; "el juego de Federer se adapta mejor que el mío a esta superficie. Además, tiene un saque más efectivo, y esto le puede ayudar en los momentos importantes. A partir de ahí, voy a intentar jugar con una intensidad muy alta, con un ritmo intenso, y sólo de esta manera, haciéndole sentir en todo momento que le estoy presionando, tendré mis opciones de ganar".

"Aquí la superficie es más idónea para Federer", coincide Toni Nadal, su tío y entrenador. "Yo no soy adivino, pero si Rafa juega bien está capacitado para tutearle un poco más que en las otras finales. En la primera entró relajado, como viendo que ya había cumplido. Ahora es diferente. Sabe que tiene una oportunidad, aunque sea difícil".

El español, acunado por la prensa inglesa y los seguidores, llegó paseándose hasta semifinales. Ahí, contra Schuettler, obtuvo una victoria de tono menor. "Viene bien para rebajar la euforia", dijo. "Va bien si después coges el nivel de los días anteriores", matizó su técnico. "A nivel mental le estoy dando ánimos y diciéndole que luche. Él lo tiene bien claro. Sabe que tiene que estar concentrado y positivo. Yo, claro, le he dicho que tiene menos que perder que Federer, pero no me lo creo más de la cuenta...".