Galicia quiere cerrar su apuesta por las energías renovables antes del fin de Kioto
Expertos de todo el mundo debaten en A Toxa el cambio climático
Técnicos, investigadores, empresarios y catedráticos de todo el mundo debaten desde ayer en la isla de A Toxa las diferentes políticas de cambio climático que se abrirán después del año 2012, cuando el Protocolo de Kioto deje de estar en vigor.
El foro, convocado por el grupo de investigación REDE de la Universidad de Vigo, cuenta con más de 50 expertos de primer nivel. Todos ellos se preguntaban ayer qué va a pasar después del 2012 y si realmente está funcionando la estrategia de Kioto, un acuerdo internacional al que se obligan los propios Estados firmantes para reducir la emisión de gases de efecto invernadero un 5% a nivel global.
Para el director del Instituto Enerxético de Galicia (Inega), Juan Álvarez Carril, "hay que actuar localmente para lograr cambios globales". Y esos cambios pasan en Galicia por "una apuesta en materia de energías renovables antes del 2012". La comunidad autónoma basará su nuevo modelo "en la energía eólica y en menor medida, en biomasa para el aprovechamiento de los recursos forestales".
También la energía solar tiene un sitio en la planificación energética "en viviendas individuales, según lo que marca el Código Técnico de la Edificación", una norma que obliga a que las nuevas edificaciones respeten los principios de eficiencia energética y se doten de infraestructuras para aprovechar la energía solar y calentar con ella el agua.
Álvarez también hizo su aportación al debate global: "Kioto ha fracasado. Es un puzzle de piezas sin relación las unas con las otras". En la misma línea se expresaron otros expertos, como David Robinson, consultor internacional: "La participación de países en el Protocolo ha sido incompleta y los objetivos, poco ambiciosos. Además, la carencia de mecanismos punitivos sobre los que no cumplan el acuerdo lo hace más débil". No opinaron lo mismo los representantes de Iberdrola presentes en el congreso, para quienes "Kioto está cambiando la forma de producir". "Las empresas se han vuelto más exigentes", señalaron.
Para el responsable del Inega, el ciudadano "tiene que saber cuánto cuesta la energía que consume" y que hay que trabajar "por un cambio cultural que lleve a un mayor ahorro". Este llamamiento fue unánime: "En vez de estar pensando de dónde vamos a sacar la energía, hay que empezar a insistir en que dos tercios del problema se pueden solucionar con la eficiencia". Y con la eficiencia se habla "de ahorro, de señalar correctamente los precios".
Xabier Labandeira, organizador del congreso y miembro del grupo REDE, auguró un "nuevo acuerdo de futuro que sea más amplio, en el que participen más países". Para él, "no pueden quedarse fuera las grandes economías mundiales como la americana o la china".
Las ponencias terminarán hoy con la intervención de William Nordhaus, investigador de la universidad de Yale, que pronunciará una conferencia titulada La economía de Kioto y más allá.
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