Salvaje asesinato en Londres de dos estudiantes franceses
Uno de los fallecidos recibió 197 puñaladas y el otro 47
Londres, una ciudad que empieza a habituarse al asesinato de sus ciudadanos más jóvenes, se conmocionó ayer con los detalles del salvaje asesinato de dos estudiantes franceses de 23 años que apenas llevaban poco más de dos meses en el país, y que iban a volver a Francia a final de este mes. La policía no descarta que los atacantes se equivocaran de víctimas, pero trabaja también con la hipótesis de que Laurent Bonomo y Gabriel Ferez estaban jugando con el ordenador en la casa del primero, en el conflictivo barrio de New Cross, en el sureste de la capital británica, cuando fueron sorprendidos por uno o más ladrones, que les mataron.
17 quinceañeros han muerto a navajazos o a tiros en la capital en 2008
Bonomo sufrió 197 navajazos, un centenar de ellos cuando ya estaba muerto, y Ferez 47. El o los asesinos intentaron luego quemar los cuerpos prendiendo fuego a la casa. "El nivel de violencia utilizado ha sido horrible. Nunca había visto tales heridas en toda mi carrera", explicó el detective inspector jefe Mick Duthie, de la Policía Metropolitana de Londres. "No parece que haya sido un ataque profesional. Yo diría que ha sido un ataque frenético, horrible, horroroso", añadió.
Se sabe que Laurent Bonomo, natural de Veloux, estaba vivo en la madrugada del domingo porque habló por teléfono con su novia. Pero el domingo, poco antes de las 10 de la noche, una explosión en el piso provocó un incendio que obligó a los bomberos a desalojar los 16 apartamentos del edificio. Al entrar en el domicilio del joven estudiante, los bomberos encontraron los dos cadáveres en la sala de estar, en la planta baja de la residencia.
Ferez, natural de Prouzel, y Bonomo habían llegado a Londres en mayo en el marco de un intercambio de estudiantes del Imperial College y la Universidad Politécnica de Clérmont-Ferrand. Descrito ayer como "especialmente maduro" por uno de sus profesores en el Imperial Collage, Ferez estaba investigando el uso de bacterias para crear etanol para ser utilizado como combustible. Bonomo estaba estudiando cómo un parásito puede contagiarse desde los gatos a fetos humanos.
El doble asesinato ha causado un gran impacto no sólo por el dramatismo de los detalles divulgados por la policía, sino porque supone la culminación de la escalada de criminalidad y asesinatos que vive Londres, semejante a la oleada de muertes de adolescentes a manos de otros jóvenes que vivió la ciudad el año pasado.
El martes, medio millón de jóvenes desfilaron por las calles de Islington tras la muerte a navajazos de Ben Kinsella, de 16 años, hermano de una actriz conocida por su papel en la longeva serie de la BBC Eastenders. Su muerte, al ser confundido con otro chaval, elevó a 17 el número de quinceañeros muertos a tiros o navajazos en Londres en lo que va de año, 31 en el conjunto del país.
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