Cantes anotados en un cuaderno
La cantaora Encarna Anillo publica 'Barcas de Plata', su primer disco
Cuando apenas era una adolescente, la joven cantaora Encarna Anillo (Cádiz, 1983), sentada frente al atardecer de las tranquilas aguas de La Caleta, ya le puso nombre a su primer disco: Barcas de Plata. Todavía habrían de pasar años hasta que lo grabase, pero ella ya lo tenía claro. Lo mismo ha ocurrido con los cantes que iba a incluir en esa grabación, que los ha ido "anotando a lo largo de los años en un cuaderno para cuando hiciera un disco". Tal resolución y firmeza en sus ideas sorprende en una artista que apenas ronda el cuarto de siglo, pero solamente si se desconoce la larga trayectoria que acumula pese a su juventud. A Encarna Anillo la vieron y escucharon sus paisanos cantar en peñas y festivales desde que era una niña, pero supo retirarse al fondo del escenario para empezar de nuevo y aprender en ese difícil oficio que es cantar para el baile.
Farruquito le regaló hace años la letra de una canción por bulerías
La artista vuelve a trabajar este verano en 'Poeta en Nueva York'
Durante años se ha dedicado a acompañar a artistas que representan la más acreditada tradición de la vanguardia bailaora, como son Israel Galván, Rafael Marín, Belén Maya o Rafaela Carrasco, pero también a los de corte decididamente étnico, como Farruquito, una persona con la que mantiene una relación que va más allá de lo artístico. Los dos se conocieron en una boda cuando rondaban los diez años de edad y, desde ese momento, creció entre ellos una amistosa hermandad.
El bailaor le regaló hace años la letra de una canción por bulerías, No hay tiempo, a la que hubo después de ponerle música, para que fuese incluida en la primera grabación de la cantaora. También Farruquito le "pone los pies" a las bulerías Dulce Veneno, en las que Anillo comparte el cante con Miguel Poveda, otro de sus inseparables y el artista que la empujó a realizar esta grabación de la que es productor ejecutivo. De la dirección musical se ha encargado el hermano de la cantaora, José Anillo, que ha compuesto otro de los temas del disco, una zambra.
Barcas de Plata es una grabación que está poblada de regalos. Otro de ellos lo constituyen las alegrías que le dan nombre. Son creación del guitarrista Juan Requena, quien ha sabido captar el amor de la artista por su tierra tanto como para plasmarla en una canción, aunque su título ya estuviera pensado. Pero, puestos a regalar, la cantaora también ofrenda su admiración por La Perla de Cádiz, con unas bulerías al golpe, y celebra a la trianera familia Montoya por medio de unos tangos que comparte con Carmelilla Montoya. Anillo, con una generosidad de ida y vuelta, también entiende que son un lujo los guitarristas que le acompañan: Juan Diego, Diego del Morao, Alfredo Lagos, Juan Gómez, Chicuelo, el citado Requena o Rafael Rodríguez, llamado expresamente para acompañarla en la soleá.
Junto a esos temas, dos a los que ella profesa un cariño especial, la malagueña de La Trini rematada en verdial y la milonga Si llegara a suceder, que es un homenaje a Marchena y a Chacón. Reconoce la cantaora que estos dos cantes le están abriendo puertas entre gente que no son del flamenco y que se enganchan a él tras conocerlos. Es lo que le ocurre, por ejemplo, con los músicos del grupo de la bailarina Blanca Li, con la que este verano vuelve a colaborar en la representación de Poeta en Nueva York, un trabajo que Anillo comenzó el pasado año, relevando en él a Carmen Linares, y que volverá a retomar este año tras el estreno del 15 de julio, para permanecer hasta el próximo 2 de agosto en los Jardines del Generalife granadino.
Y si Anillo reconoce que trabajos como éste le han abierto muchas puertas, con su disco, en cambio, ve que todavía le queda por luchar. "Ahora sé que tengo algo en las manos con lo que me puedo presentar, como hice en la Bienal de Málaga o el Festival de Jerez. También sé que está gustando mucho, pero hoy día se necesita alguien que luche por ti". Mientras tanto, ella, con la temprana madurez que la define, no cesa de idear proyectos para su carrera, de anotar en un cuaderno que, gracias a su inquietud, siempre va a estar lleno.
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