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La joven que perdió la tutela de sus hijos los verá cada 7 días

Todo apunta a un final feliz. Sara Casas, la chica de 24 años que perdió la custodia de sus hijos en 2006 tras ser considerada "no apta" por los servicios sociales de la Junta de Andalucía, salió ayer del juzgado de familia número 26 de Sevilla "muy contenta y emocionada". Después de haber pasado desde los seis hasta los 18 años en centros de menores, Casas anunció el mes pasado que lucharía "para evitar esa pesadilla" a sus propios hijos, uno de cuatro años y dos gemelos de dos.

Tanto la letrada de la Junta, la Fiscalía y el abogado particular, José Antonio Bosch, llegaron a las 9.30 de la mañana al tribunal con un objetivo común: intentar la reagrupación familiar. "Todos coincidíamos en la evolución favorable de Sara, en todos los aspectos, y esto ha jugado en nuestro favor", declaró a la salida de los juzgados, dijo Bosch. El letrado explicó que no se había llegado a un acuerdo que evitara la celebración del juicio "por diferencias formales", pero el propósito es compartido: "Queremos que Sara, poco a poco, vaya demostrando que no es la misma persona a la que le tuvieron que retirar a los pequeños".

Casas lloraba abrazada a su amiga Almudena, que la había acompañado desde su casa de Los Palacios: "Estoy muy contenta", repetía.

Primer paso

"El primer paso para recuperar a los niños ya se ha dado", explicó el letrado a Sara, quien abrazó a su abogado espontáneamente. El régimen de visitas se ha ampliado. Hasta ahora las visitas estaban autorizadas sólo cada quince días. Ahora podrá ver a sus tres hijos una vez a la semana y podrá pasar dos horas con ellos. Además, el lugar del encuentro será supuestamente, a falta de la resolución escrita, en un parque cerca del centro. "Es importante que los pequeños se vayan acostumbrando a la madre lejos del centro", señaló Bosch, quien calculó una resolución en ocho o diez días.

La letrada de la Junta prefirió no hacer declaraciones. Ahora lo que queda para que la recuperación de los niños es que Casas consiga un trabajo. "Ya tengo la casa, los informes psicológicos positivos", explicó la chica. "Sólo me falta tener un empleo".

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Casas nació en Lleida (Cataluña) pero su madre, que en aquel tiempo era toxicómana, la sacó del centro de menores en el que vivía y decidió traérsela a Andalucía. Aquí volvieron a retirarla de la madre.

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