¿Cómo se llamará la criatura?

¿Vueling o Clickair? Uno de los asuntos que los propietarios de ambas compañías aéreas tienen que decidir en la recta final de su proceso de fusión es el nombre de la futura compañía resultante y, por el momento, la pervivencia de la enseña Vueling lleva varias yardas de distancia.

"Vueling se colocó primero, se explicó mucho a todo el público cuando salió a Bolsa, es una marca category killer", es decir, que lidera la notoriedad en su segmento, explica Gonzalo Brujo, consejero delegado de Interbrand para Europa Occidental, la mayor consultora de marcas.

Para Brujo, Vueling, la marca creada por la consultora Saffron hace cuatro años y controlada por la familia Lara, es "más conocida y más divertida" que Clickair, la aerolínea nacida hace más de un año y participada por Iberia. Esta última "es obsoleta, el click hace necesario un ratón y ahora estamos en otra fase, además de que está formado en realidad por dos palabras, y Vueling sólo es una". Sin embargo, Brujo sí salvaría los colores corporativos de Clickair, cuyos aviones están pintados de gris metalizado y azul, frente al blanco de las aeronaves de Vueling.

Otra posibilidad sería crear una para la futura aerolínea fusionada, lo que para Conrad Llorens, consejero delegado de la consultora de marcas Summa, es la mejor salida. "¿Cómo, si no, trasladas al público que se inicia un nuevo proyecto? Es necesario crear un nuevo territorio de significado, si mantienes una de las marcas, no sumas ningún capital en imagen".

Llorens cree que la desventaja de la palabra Clickair es que "no aporta nada, sólo que se puede comprar por Internet, y eso no es hoy una distinción relevante, Vueling es más divertido, pero es un chiste que cansa, y colores, sus topos, suponen un freno para animar al público de viajeros ejecutivos que quiere captar ahora".