_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los beneficios del redondel

El artista reconoce en los trazos de sus dibujos una abstracción de la realidad filtrada por la propia subjetividad que dan determinados patrones a sus líneas, lo que algunos denominan un estilo. El estilo conlleva a menudo una intensidad, una entrega, pero también puede entenderse como una rutina más allá de la voluntad, que se desarrolla a través de patrones recurrentes que vienen a uno sin necesidad de copiar la realidad ni especial intensidad. El estado mental que propicia que los trazos se liberen tanto de la realidad física como de la intensidad de la proyección en ella conduce al garabato, dibujo distraído, automático en gran parte, que permite trasladar la atención a otro tema, como es una conversación telefónica (o dejarla en suspenso). Sin afán representativo alguno, a menudo se desarrolla como una iteración de bucles, la figura carente de accidentes que permite el mínimo esfuerzo de la mano, una rotación que se desplaza por el campo del papel (o el post-it, o la hoja del cuaderno, o el rincón en blanco del periódico) cubriéndolo, creando un continuum en el que generalmente se evitan tensiones, densificaciones, cúmulos, tratando la mano más bien de extender los beneficios del redondel al conjunto del campo disponible. Al igual que el redondel es simple y complejo al mismo tiempo, existe una conexión también sencilla y compleja entre el redondel como forma seminal y el campo construido por iteración. Muchos artistas han trabajado y trabajan sobre este tema atraídos por esta duplicidad de carácter. Desde Klee y Picasso a Pollock o Tàpies, el siglo XX ha visto surgir una verdadera eclosión de garabatos ascendidos a pintura, igual que en el terreno de la arquitectura el croquis pasó a ser mostrado públicamente como instrumento esencial del arquitecto (Le Corbusier, Aalto o Siza serían representativos). Pero casi siempre para el arquitecto el esbozo de sus ideas ha sido una forma más equivalente al apunte artístico, una primera representación de la realidad a construir, realizada a través de una cierta intensidad, que hasta hace poco llamábamos inspiración sin avergonzarnos (al último que oí hablar de la inspiración de las musas sin pestañear fue a Richard Rorty, el filósofo pragmatista, frente a una audiencia de arquitectos que se quedó atónita). La aparición de garabatos como tales, presentados y entendidos como figuras seminales de la arquitectura, o verdaderas arquitecturas, puede fecharse en la eclosión expresionista del Berlín de principios de siglo: Mendelsohn, Bruno Taut y otros arquitectos de la "hermandad expresionista" llevaron el gesto de la mano a unos niveles de elaboración arquitectónica nunca antes alcanzado. Se buscaba tanto la expresión personal como un balance casi orgánico entre complejidad y sencillez. El garabato tardío pero certero de Jørn Utzon en Sidney es seguramente el más conocido y de mayor repercusión del siglo XX. Una gran metrópoli lo es en gran medida gracias a un garabato feliz. Hoy el gesto del garabato o del apunte instantáneo, que daba toda su fuerza a quien se confiaba a él y le otorgaba por así decirlo el derecho al estilo, adquiere una nueva dimensión combinado con técnicas digitales, de la que Gehry ha sido el profeta anunciador. Sus intentos pueden entenderse como de transición entre dos mundos, el manual y el digital. Desde esta última perspectiva, un bucle ha pasado a ser el algoritmo de una "primitiva" simple que puede actualizarse formando sistemas complejos, con continuidades diferenciadas programables. ¿Es la mano el único órgano legitimado para construir garabatos? ¿Es el garabato impermeable a la tecnología digital? ¿Existe un garabato digital? -

Iñaki Ábalos (San Sebastián, 1956) es arquitecto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_