Los veterinarios vuelven a paralizar los mataderos en su segundo día de paro

Los mataderos de Galicia seguían ayer paralizados. El segundo y último día de huelga de los veterinarios de la Xunta fue secundado por el 98% de los profesionales, superior al del martes. El único matadero que funcionó durante la primera jornada de paro, el de Galicarn, en Celanova, cerró sus puertas ayer. La Delegación de Sanidade en Ourense inmovilizó 5.000 conejos que se sacrificaron allí sin control sanitario.

Los casi 700 funcionarios que trabajan para las consellerías de Sanidade, Medio Rural, Pesca y Medio Ambiente reclaman estabilidad laboral y mejores condiciones de trabajo. Así lo gritaron unos 300 profesionales a las puertas de los departamentos de los que dependen después de concentrarse durante dos horas en el recinto ferial de Amio, en Santiago. Allí fueron recibidos con resignación por los ganaderos, que estos días han visto mermada su actividad. "Los veterinarios visan la salida de los animales" y los servicios mínimos decretados por la Xunta "no han sido suficientes", afirmaban los ganaderos.

"En Sanidade, queremos dignidade" o "estamos fartos, tamén queremos cartos" fueron algunas de las pancartas que desplegaron los manifestantes, convocados por CC OO, CIG, UGT y CSIF. Daniel Carballo, portavoz de la central nacionalista, criticó la postura de "enroque" de la Administración por mantener una "estructura profesional obsoleta", establecida en 1992, y por no dotar al colectivo de veterinarios de más recursos. "No disponemos de vestuarios para cambiarnos y tenemos que lavar los uniformes en casa", denunció. Los profesionales también reprueban la situación de 34 veterinarios afectados por un cambio en el sistema de baremación del proceso de selección de la Xunta. El conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, aseguró ayer que "la mejor solución posible" es "reconvertirlos" en personal interino.

La otra cara de la huelga son los "varios millones de euros" que han perdido los tres centros que Coren tiene en Galicia. El motivo: medio millón de aves, 7.000 cerdos y 600 reses sin sacrificar, procesar y vender. El director general adjunto, Emilio Rial, lamentó ayer los estragos del paro de veterinarios en la factoría. "Aún no nos habíamos recuperado de la del transporte, que nos dejó muy tocados", explicó.

Las dos jornadas de huelga fueron secundadas en Coren por los 16 veterinarios oficiales, dependientes de la Xunta. "No hubo servicios mínimos y su ausencia provocó el parón de 2.500 trabajadores de la plantilla". La CIG discrepa y hasta califica los servicios mínimos de Medio Rural (60 profesionales) de "excesivos e innecesarios".

Sin la presencia de los veterinarios, las empresas no pueden matar a ningún animal. Los que no fueron sacrificados "siguen comiendo", alerta Rial, pero no es sólo el gasto en alimentación lo que preocupa a la empresa, sino el hecho de que los animales se están pasando de peso. "Cuando los sacrifiquemos tendremos que colocarlos en el mercado con otro etiquetaje porque no es nuestro producto habital". Además, la empresa deberá ampliar las jornadas laborales a los fines de semana. Mientras, la competencia empieza a servir a sus clientes. "Hemos desatendido el suministro nacional e internacional", se queja el director adjunto.