El podio del biberón
Con 15 años, el británico Redding es el ganador más joven en 125cc, y Márquez, tercero, el español de menor edad en el cajón
La adolescencia asalta el Mundial de 125cc, que ayer, en Donington Park, dio a conocer a dos de sus benjamines de oro. Scott Redding, un británico de 15 años, fruto del campeonato de España de velocidad; y Marc Márquez, apenas dos meses más joven, revolucionaron el Gran Premio de Gran Bretaña. La victoria le sirvió a Redding para convertirse en el piloto más joven de la historia (15 años y 171 días) que consigue una victoria del campeonato del mundo. La tercera posición que alcanzó Márquez (15 y 126 días) le sitúa como el segundo más joven en lograr un podio por detrás del venezolano Iván Palazzese, que lo logró a la edad de 15 años y 77 días. Márquez se convierte en el español más joven que consigue un podio, tras birlarle el récord a Dani Pedrosa, que también fue tercero en Valencia en 2001, cuando tenía 15 años y 359 días.
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Aunque las dos hazañas parecen igual de sorprendentes, es probable que la de Márquez sea más significativa por las circunstancias en las que se ha visto el joven en la que es su primera temporada en el Mundial. El motorista de Cervera (Lérida) es un tirillas (mide 1,50 metros y pesa 46 kilos), con los pros y los contras que eso conlleva en este deporte. "Marc tiene que llevar un lastre de 10 kilos en la moto porque no llega al mínimo peso permitido por la organización [136 kilos entre moto y piloto]", asegura Emilio Alzamora, ex campeón del mundo de 125cc y que ahora actúa como agente de Márquez. Si ahora sólo deben colocarle 10 kilos extra, es debido al régimen que el chico está llevando a cabo desde hace unos meses y que en poco tiempo le ha hecho ganar unos cuatro kilos de masa muscular.
La gesta de Márquez adquiere una dimensión aún mayor cuando uno se fija en la lista de inscritos en las ocho carreras que se han disputado hasta ahora. Él sólo ha corrido las últimas seis. Las dos primeras se las perdió porque se recuperaba de las fracturas que se hizo en un brazo durante los ensayos de pretemporada que se llevaron a cabo en Jerez 15 días antes de comenzar el campeonato. Por aquel entonces, Márquez aún estaba habituándose a la KTM que ahora conduce.
Con el amparo de Alzamora y la estructura de Monlau competició, el menudo motociclista del dorsal 93 (eligió llevar ese número por ser el año en que nació) está integrado en el equipo que dirige Alberto Puig en las categorías inferiores, y que a finales de la temporada pasada decidió dar un portazo a Honda y subirse al carro de KTM para afrontar este curso.
Tras la carrera que Márquez completó ayer (peleó sin tregua con Sergio Gadea y Mike Di Meglio, el líder del campeonato), parece evidente que las habilidades que Alzamora vio en este chavalito lo llevarán hacia arriba.
"Estoy encantado", resoplaba Márquez. "Este año no se esperaba nada de mí y ya he conseguido un podio. Es algo que no podía ni imaginar", reconoció el catalán, que se mostró mucho más nervioso cuando tuvo los micrófonos delante que cuando tuvo que culebrear por la pista, metido en faena, con pilotos mucho más fogueados que él.
Victoria sin cava
Tras la vuelta de honor, a Samantha Lyon, encargada de protocolo de Dorna, la empresa que organiza el Mundial de MotoGP, se le acumuló el trabajo. En Gran Bretaña, la ley no permite que un menor de 16 años consuma alcohol, y es por eso que la organización retiró inmediatamente las botellas de cava que esperaban al ganador de la carrera, Scott Redding, y al tercer clasificado, Marc Márquez. Sólo Mike Di Meglio, de 20 años, pudo descorchar su botella y dejar perdidos a sus compañeros de cajón. "También lo hacemos de cara a Freixenet, el patrocinador, porque no quiere que un menor de 16 años coja una de sus botellas", asegura Gabin Emmett, director de comunicación de MotoGP."He bebido un trago del cava que le han dado a Di Meglio", aseguró Redding, entre risas. "¿Cómo vas a celebrar esta noche la victoria?", le preguntaron. "Yo no beberé nada de alcohol, mis padres lo harán por mí", soltó Redding, que se convirtió en el primer corredor británico de la historia que logra imponerse en Donington Park.
