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Reportaje:EUROCOPA 2008 | España, semifinalista 24 años después

El gran agitador

Cassano fue el único italiano que buscó el uno contra uno y no sufrió al conducir la pelota

Diego Torres

Antonio Cassano siempre anda con ganas de tomar el pelo a alguien. Su sentido maníaco de la vida no le concede ni un momento de tregua. Tampoco ayer, cuando formó detrás de Gigi Buffon, en el túnel de vestuarios, en la fila india de Italia durante el acto protocolario que obliga a los equipos a esperar una indiciación de la UEFA antes de salir al campo. A su izquierda estaba Iker Casillas, el portero español, y no se pudo resistir. Al ver al capitán de España, Cassano olfateó tensión y atacó. Empezó a decirle cosas, a provocarlo, a vacilar con su repertorio propio de Bari Vecchia. Al portero español el tema no le hizo ninguna gracia. Casillas, experto jugador de cartas, sabe que cualquier gesto puede interpretarse como la revelación de una flaqueza. En situaciones determinadas, sobre todo en los minutos previos a un partido, ningún detalle es superfluo. La pérdida de concentración, por no decir la pérdida del honor, puede desencadenar una derrota. La capitanía exigía salvar la etiqueta. Esto a Casillas no le cuesta nada. Es un hombre hermético. Digno vecino de Navalacruz, pueblo de montañeses.

En el túnel de vestuarios, Cassano vaciló y provocó a Casillas
Mantuvo a raya a Ramos y siempre que recibió un pase levantó la cabeza
Italia salió al campo como si no tuviera nada que perder, con el temple del campeón

La actitud de Antonio Cassano antes de salir al campo en un partido de alta tensión reflejó la disposición de todo su equipo. Desde que la megafonía del estadio del Prater atronó con la marcha de los White Stripes, Ejército de Siete Naciones, para acompañar la entrada en escena de los jugadores, el contraste fue palmario. Italia saltó al campo como si no tuviera mucho que perder, quizá más acostumbrada a estas grandes citas. Con el temple del campeón mundial. Los jugadores se mostraron tranquilos en su terreno. Serenos mientras no tuvieron el balón y, cuando lo recibieron, inmediatamente buscaron a Cassano. El delantero fue el único en su selección que no sufrió cada vez que trasladó la pelota. Durante todo el primer tiempo hizo algo insólito entre sus compañeros: buscar el uno contra uno frente a los defensas españoles. Cassano mantuvo a raya a Sergio Ramos en el lateral y siempre que recibió un pase levantó la cabeza con calma, examinó el horizonte y en un segundo supo dirigir el pase que más daño hacía a su rival. Casi siempre, el destinatario fue el delantero centro, Luca Toni.

Cassano, que tiene 26 años, supo frenar en el Sampdoria la estrepitosa decadencia que sufrió en su etapa anterior en el Real Madrid. Esta temporada, metió diez goles en 22 partidos de Liga. Adelgazó y controló su ansiedad como no lo había hecho hasta el momento. Tras la marcha de Lippi del banquillo de la selección, Donadoni le escogió para dar a Italia un sello propio. Ayer, sus compañeros le reconocieron su carácter imprescindible: fue el hombre que más pases recibió en su equipo. Aquilani, De Rossi, Zambrotta, Grosso y Panucci, todos los que iniciaron las jugadas, le buscaron como si fuese el único remedio posible.

Gianluca Vialli, ex delantero del Juventus, se lo recomendó a Donadoni antes del partido, a través de La Gazzetta dello Sport: "Tiene que jugar Cassano. Es el mejor compañero que puede tener Luca Toni para resolver sus problemas ante el gol. Cassano lo ayudará a desbloquearse. Yo recuerdo que, cuando atravesé por periodos de sequía, siempre fui rescatado por los pases de un mediapunta: el primer Del Piero, Zola, Mancini, Baggio... Ahora ese papel corresponde a Cassano".

Donadoni hizo caso a Vialli, pero sólo durante una hora. Su segundo cambio, en la segunda parte, fue Di Natale por Cassano. El delantero del Udinese es capaz de cubrir grandes distancias a buen ritmo y, si ve un balón, lo embiste con decisión. Pero, como socio en una delantera, tiene poco que ofrecer. Su entrada al campo fue una mala noticia para todos los italianos y sobre todo para Luca Toni. El delantero centro empezó negado ante el gol y continuó peor, como en toda la Eurocopa, de la que se despidió sin marcar. El gigante de Módena se topó con Puyol, que siempre le vio venir. Sin un pasador impredecible, Toni perdió capacidad de sorprender. Sin Cassano, sin su gran agitador, Italia se abocó a la derrota final.

Cassano lleva el balón acosado por Marcos Senna.
Cassano lleva el balón acosado por Marcos Senna.EFE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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