La tormenta global casi perfecta
La salud de la banca española ante la crisis financiera facilita su aventura exterior
Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), definió la actual situación económica mundial como "la tormenta global casi perfecta" y la comparó con la de la economía española. Según el ex subgobernador del Banco de España, que intervino en un encuentro sobre la internacionalización de la empresa española organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Santander, durante esta semana, todos los termómetros apuntaban unas circunstancias que conducían a esa dramática situación mundial que ha llevado a que muchas entidades financieras hayan perdido la mitad o más de sus beneficios y difuminarse su valor en Bolsa. Sin embargo, los bancos españoles han mantenido el tipo y son ejemplo para el resto de competidores gracias, principalmente, al control ejercido por los organismos reguladores.
El caso es que hoy por hoy los dos grandes bancos españoles, los otros no tan grandes y las principales cajas de ahorros están colocadas en lugares privilegiados del panorama financiero internacional. En su perspectiva histórica, el proceso de expansión de la banca española ha resultado muy satisfactorio porque "se ha respetado la secuencia de liberalización de capitales y apertura comercial, la prudencia y los criterios de capacidad de gestión", según José Viñals, actual subgobernador. Estas premisas explican que, hasta la fecha, el 97% de los activos totales en el exterior del sistema bancario correspondan al Banco Santander y BBVA. Y también que las entidades españolas hayan sido ajenas a los fenómenos más inciertos de la situación actual: su modelo se ha centrado en la intermediación financiera internacional, no se han metido en el negocio de "originar para distribuir", ni han desarrollado productos estructurados complejos que dificultarán la valoración del riesgo.
Ése es el secreto, seguramente, de que los dos grandes españoles figuren hoy en el top ten de la banca mundial y que aparezcan como los principales actores en las hipotéticas operaciones que se manejan en el sector. El Santander, que ayer remató la semana financiera que se ha centrado en la capital cántabra con la celebración de la junta general de accionistas, ha sido objeto durante estos días de un acoso mediático por su posible interés por el alemán Dresdner. Emilio Botín no quiso hacer comentarios; pero es sabido que su objetivo -y obsesión- es convertir el Santander en el primer banco del mundo. Por beneficios y por valor bursátil. Lo cierto es que no está lejos. La crisis de las subprime ha dejado en franca debilidad a muchos de los bancos norteamericanos y europeos y las posibilidades de adquisición aumentan.
Ya se verá cuál es el camino que prosigue Botín en su expansión: si Estados Unidos o Europa u otra área. Su principal competidor español, el BBVA, ha apretado el acelerador. La entidad que preside Francisco González ha pasado de aparecer en el circo bancario como candidata a OPA por parte de un grupo extranjero a lo contrario. El BBVA se ha metido entre los mejores con una gestión seria y sobria. Tiene una fortaleza evidente en Latinoamérica, sobre todo en México, donde es la primera a través de Bancomer, y ha abierto fronteras en Estados Unidos y Asia, donde se ha convertido en el principal accionista externo del Civit chino. China forma parte de la estrategia del banco, como lo es para Telefónica y otras empresas españolas de menor tamaño pero de igual espíritu.
También La Caixa y Caja Madrid, por boca de sus presidentes, Isidro Fainé y Miguel Blesa, explicaron en Santander su estrategia de expansión. Las dos están inmersas en el desarrollo de sociedades holding, Criteria y Cibeles, respectivamente. La primera acaba de firmar un acuerdo con el magnate mexicano Carlos Slim. La entrada en el gigante centroamericano le sirve como plataforma para su lanzamiento en el mundo latinoamericano y Estados Unidos, país al que todos miran en España. Cibeles saldrá a Bolsa en noviembre valorada en 2.000 millones de euros, si las circunstancias no lo impiden. Caja Madrid espera colocar en el mercado el 30% de la sociedad.
La banca y el arte de la prudencia
El Gobierno, el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y las entidades financieras coincidieron en Santander en resaltar la buena salud de las entidades financieras españolas frente a las internacionales y en advertir de las necesidades de prudencia. El modelo español triunfa en el mundo, precisamente, porque se ha apoyado en un marco de regulación contable y de solvencia exigente y de prudencia. Ahora cabe esperar que lo mantengan en sus planes de negocio, especialmente en los casos de especialización en la financiación de inversión residencial, el sector más afectado por la crisis, como exigió José Viñals, subgobernador del Banco de España.
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