La manifestación más triste
Los padres de Mari Luz y Sandra Palo piden penas más duras para los pederastas
Todos de blanco. El objetivo era formar una marea ciudadana en defensa de un endurecimiento de las leyes contra los pederastas. El modelo era la Marcha Blanca que en 2006 reunió a 300.000 belgas furiosos por los errores judiciales que permitieron la reincidencia del pedófilo Marc Dutroux. La manifestación de ayer en Madrid, encabezada por unos padres destrozados por la pérdida de sus hijos, sólo reunió a 500 personas, pero demostró que el luto no siempre se viste de negro.
Blanco en gorras, camisetas... únicamente eran de colores los abanicos contra el calor de la tarde. El blanco más brillante era el de los pañuelos con los que muchos asistentes se secaban los ojos. "Aquí hay un montón de familiares e incluso víctimas de abusos", explicaba María del Mar Bermúdez, madre de Sandra Palo, la joven deficiente psíquica que en 2003 murió con 22 años, atropellada y abrasada por sus violadores.
María del Mar marchaba en cabeza junto a Juan José Cortés, el padre de la niña Mari Luz, cuyo asesinato en Huelva el pasado enero, presuntamente a manos de un pederasta con causas pendientes, está en la base de un movimiento social que llegó este mes al Congreso. Los diputados aprobaron una reforma penal para endurecer las penas por abusos sexuales. En estos meses la familia Cortés también se ha reunido con el Consejo General del Poder Judicial y con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. "Ahora esperamos que no se queden todas las promesas en palabras", dice Juan José Cortés.
Los Bermúdez y los Cortés acudieron en apoyo de la convocante de la manifestación, la familia de Patricia Izquierdo, una adolescente que se suicidó tras cinco de abusos sexuales de su padrastro. "Hubiera querido que saliera a la calle toda España, pero el calor y los exámenes lo han dificultado", razonaba la madre de Patricia, Rosa Navarro.
Los convocantes reclamaban mayor dureza con los delincuentes, pero también más atención para las víctimas. Patricia no soportó las secuelas del abuso. Su madre pide atención psicológica para mitigar el sufrimiento de otras víctimas. El dolor estaba ayer por encima de las reivindicaciones concretas, que en ocasiones entraban en contradicción. "Recogemos firmas para crear una lista de pedófilos abierta al ciudadano", explicaba una voluntaria. A 100 metros, el formulario de firmas era el mismo, pero la reivindicación otra: "¿Abierta? No: ¡qué barbaridad! La lista sería accesible sólo a las autoridades y las organizaciones que trabajen con niños, para que sepan a quién contratan". Esta última es la propuesta que alienta la familia de Mari Luz.
Al final de la marcha se liberaron los globos blancos en el paseo de Recoletos que se escaparon entre los árboles. Los manifestantes intentaban atrapar las lágrimas con pañuelos aún más blancos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.