El PSE renuncia a las mociones contra ANV ante la falta de apoyos
Los socialistas acusan al PNV de incumplir sus compromisos
Cuatro meses después del asesinato del ex concejal socialista de Mondragón Isaías Carrasco, el PSE cierra el capítulo de las mociones destinadas a desbancar a ANV -tras haberse negado a condenar el atentado- sin haber podido mover un solo sillón de los 16 ayuntamientos en los que la formación abertzale gobierna en minoría. Al haber transcurrido los diez días que los socialistas vascos establecieron como ultimátum para alcanzar un acuerdo mayoritario sobre el desalojo de las alcaldesas de Mondragón, Hernani y Pasaia, donde el PSE es la segunda fuerza y le correspondería liderar las mociones de censura, no han obtenido las firmas suficientes para sumar la mayoría absoluta.
Los pequeños partidos como EA y EB, en los que recaía finalmente la posibilidad material de alcanzar la mayoría absoluta en los tres ayuntamientos, se desmarcaron desde un primer momento. El dirigente de EB Antxon Karrera supeditó el apoyo de la marca vasca de IU a alcanzar un acuerdo previo de gobernabilidad. Mientras, EA también anunció su no disposición a apoyar mociones de censura contra ANV sin garantizar la gobernabilidad posterior.
El PNV, que se había comprometido a apoyar a los socialistas en las corporaciones donde prosperaran las llamadas mociones éticas, paso previo a la presentación de la de censura, tampoco ha apoyado a los socialistas. El presidente del PNV de Vizcaya, Andoni Ortuzar, explicó que al establecer la ley que una moción de censura sólo prospera con mayoría absoluta, su partido apoyará las mociones que vayan a prosperar. Lo contrario, "es un brindis al sol", comentó.
El líder del PSE guipuzcoano, Iñaki Arriola, acusó al PNV de "incumplir su palabra y sus compromisos" y recurrir a una "coartada" para no apoyar las mociones de censura en estos tres municipios y condicionar la firma a que el PSE lograra los apoyos necesarios para tramitarlas. Según Arriola, al margen de la efectividad que pudieran alcanzar las mociones, el PNV se comprometió a suscribirlas y ahora incumple su palabra.
Condenar la violencia
El PNV y el PSE pactaron presentar estas mociones tras establecer, como paso previo, las mociones éticas en las que se solicitaba la dimisión de los electos que no condenaran la violencia. De este modo, la dirección del PNV rectificaba públicamente la negativa dada por el dirigente guipuzcoano Joseba Egibar a la moción de censura de Mondragón, lo que levantó ampollas en las filas del PSE y PSOE.
Los debates en pleno de estas mociones éticas durante los dos últimos meses, además de resultar inútiles, han estado repletos de incidentes. El espectáculo antidemocrático, cercano al linchamiento -plagado de insultos y agresividad del entorno abertzale contra los electos del PSE, PP y PNV-, tuvo su cénit en Pasaia, durante el debate de la última de las 13 mociones éticas presentadas. Allí, un edil socialista recibió un puñetazo. El agresor estuvo en la cárcel por participar en el atentado a una Casa del Pueblo donde murieron dos militantes socialistas.
Las mociones éticas, además, han sido rechazadas en Mondragón, Hernani, Bergara, Eskoriatza, Villabona, Azpeitia, Antzuola, Elorrio y Gautegitz Arteaga. Pero en Legazpi, Soraluze, Pasaia y Urretxu fueron aprobadas por los pelos.
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