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Reportaje:EUROCOPA 2008 | Cuartos de final: España-Italia

Italia no se siente superior

Los seguidores 'azzurri' desconfían de su selección en una eliminatoria marcada también por factores sociopolíticos

"Italia puede ganar a cualquiera, pero esta España juega muy bien", advierte Roberto Donadoni, seleccionador italiano, entre amenazante y curándose en salud. "Las cosas están 60% para España y 40% para Italia", opina Angelo Carrocchio, un veterano seguidor romano; "tenéis un equipo al que es difícil quitarle la pelota, y por fin dos delanteros que meten goles".

Será por superstición, por pura experiencia o quizá por simpatía de la izquierda (y prevención de la derecha) hacia la España de Zapatero. El caso es que Italia afronta el partido del domingo con enorme cautela. Nada raro para una afición de natural desconfiada, a la que deja fría que la historia haya sido tozudamente antiespañola durante 88 años. "Las estadísticas dan mala suerte", dice Fabrizio, otro hincha romano. La afición italiana ha empezado a colgar banderas tricolor en las ventanas y a tocar madera haciendo los cuernos. Nadie las tiene todas consigo. O más probable, todos prefieren ponerse la piel de cordero a sacar pecho. Es lo razonable en estos casos. La encuesta de Il Corriere della Sera daba ayer un resultado sorprendente: el 90,8% de los 20.000 votantes sostiene que Italia caerá eliminada ante España. En la misma información, un vídeo del entrenamiento de la Nazionale mostraba a Antonio Cassano haciéndose la manicura sobre el propio terreno de juego.

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"Sois buenos, Villa está eléctrico", analiza el hincha Carrocchio, que vio jugar a Di Stéfano. Él es del Roma, pero le preocupa la baja del milanista Pirlo. "Es la cabeza pensante, saldrá Ambrosini, pero no será lo mismo. Y España no es Francia, que está destruida y acabada...". El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, menos prudente, pronosticó en Radio Nacional que España ganará 3-2. "Jugamos un gran fútbol, pero tenemos un problema de confianza", explicó; "después de tantas desilusiones, es el momento de tener fe y tranquilidad para romper el maleficio".

A Zapatero no le respondió Silvio Berlusconi, sino Fabio Cannavaro, el capitán azzurro, lesionado en un entrenamiento justo antes de que empezara la competición. Cannavaro fue italianísimo: "Ganaremos por 1-0, que por cierto, es un resultado que a ellos les gusta poco. Tienen más calidad e individualidades, pero nosotros tenemos más sentido de grupo. Ésa será nuestra arma ganadora". "España es mejor, pero se puede jugar peor y ganar, e Italia es única en eso", razona Ettore Siniscalchi, periodista. Aunque esta vez muchos manejan otras razones extrafutbolísticas. Según Siniscalchi, "Italia siente envidia de la claridad política española, por su progreso económico, cultural y en derechos individuales. Y si ganamos el partido, la Italia reaccionaria estará feliz porque eso realzará a España".

No faltan, claro, los aficionados italianos que prefieren que pierda Italia. Dos gemelos de 11 años, Tommaso y Ferruccio, lo dicen al alimón: "Ojalá gane España, es más simpática". El dudoso sorpasso español en renta por habitante, la minicrisis bilateral abierta con las referencias de Berlusconi al Gobierno "demasiado rosa" de Zapatero y las posteriores críticas a Il Cavaliere son otros factores que laten bajo el enfrentamiento deportivo. El enviado especial de La Repubblica a Madrid escribía ayer: "España fue durante mucho tiempo un pariente pobre. Con certeza, nos ha sobrepasado en todos los campos. Cualquier cosa que hagan la hacen mejor. No es cierto que esta Italia pueda ganar a cualquiera. Pero es cierto que España, en fútbol, puede perder con una Italia cualquiera".

La colonia española tiene muy claro eso. Paloma Gómez Borrero, corresponsal en Roma desde hace 30 años, casada con un italiano y madre de italianos, tiene el "corazón partido, y la impresión de que puede ganar Italia". "Siempre hacen lo mismo, empiezan fatal y acaban campeones o casi. Y nosotros al revés", cuenta.

El partido se seguirá con mucha atención también en el Vaticano. "El secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, lo verá seguro", explica Gómez Borrero, "es un gran aficionado e incluso ha radiado partidos como comentarista amateur. El Papa dijo una vez que Bertone sabe mucho de fútbol". Aunque el Vaticano no tiene selección nacional, tiene su propia Liga, en la que juegan los Guardias Suizos, los Gendarmes y los curas.

Como dice la corresponsal española, "los italianos están tristes de que les haya tocado España. Les da pena ganarnos".

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