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Alicante se prepara para recibir una avalancha de turistas en 'Fogueres'

Las obras en las calles y la 'plantà' causan un caos circulatorio en la ciudad

Los alicantinos de la capital que pueden echan a correr y se refugian en la playa, o en cualquier lugar más lejano. Y los de la provincia se preparan para visitar cuanto antes Alicante. Es la paradoja de las Fogueres. La ciudad se prepara para vivir desde hoy el 80º aniversario de su fiesta. Una celebración que se prevé multitudinaria, ya que este año coincide con el fin de semana, y se espera una avalancha de gente por las calles para disfrutar de la fiesta. El Ayuntamiento calcula que serán más de un millón de personas y los hoteleros confían en poner el cartel de completo.

El Ayuntamiento espera un millón de visitantes y los hoteles al completo
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Pero esta aglomeración de personas, y los trabajos previos a la plantà oficial de los 88 monumentos de cada racó y foguera, complicaron ayer sobremanera el tráfico rodado. Un caos que se vio agravado por las numerosas obras, más de una decena, que se están ejecutando en Alicante. Las más conflictivas son las del tranvía en la zona de la Diputación y Luceros, que han obligado a modificar la instalación de algunós racós y de las casetas para las mascletades. También son conflictivas las obras del tranvía en el Bulevar del Pla y las que se acometen en el puerto para la Volvo Ocean Race. Ayer precisamente el alcalde, Luis Díaz Alperi, y el consejero de Infraestructuras, Mario Flores, abrieron al tráfico rodado el primer paso subterráneo de la avenida de Dénia, el principal acceso a la ciudad, en la intersección con la Vía Parque. Desde las siete de la mañana el tránsito de vehículos en el centro de Alicante quedó restringido a residentes. Las retenciones más importantes, de varios kilómetros, se registraron durante todo el día en la fachada marítima, en la zona de la estación de autobuses, donde instalaban la foguera de Séneca, y en los aledaños de Maissonave, el área comercial. Ante el caos circulatorio solo queda armarse de paciencia o, mejor todavía, ir andando o coger el tranvía, que amplía sus frecuencias y horarios. Y es que lo que es fiesta para unos es un calvario para los que trabajan. Los racós y barracas están hasta de madrugada con la música a todo volumen, pero al día siguiente la actividad económica y comercial es como la de cualquier otro día, pero sin poder circular con coche.

La primera sesión del concurso de mascletades de ayer, a cargo de pirotécnica El Portugués, de Vilamarxant, estrenó nuevo escenario: la remozada plaza de Los Luceros bajo la que se están acometiendo las obras del tranvía. En esta primera sesión hubo menos público del habitual. El ritual se repetirá cada mediodía hasta el próximo martes y cada noche habrá fiesta y música en cada racó.

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