Mario Gómez o Mr. Hyde
La prensa alemana ataca al goleador de origen español tras fallar ante Austria
"Se parece a Mario Gómez, pero no puede ser él", decía ayer el diario Süddeutsche Zeitung para explicar la abismal diferencia entre el delantero alemán que ha deslumbrado esta pasada temporada en la Bundesliga y el que está disputando la Eurocopa. "Está irreconocible", subrayaba el ex internacional Günter Netzer en la televisión germana; "no se desmarca y no se le puede pasar el balón". "No aguanta la presión", remató Die Welt. "En primer lugar", replica una persona del entorno del jugador, "es el primer gran torneo que disputa porque sólo tiene 22 años. En segundo lugar, se lo ha planteado como el gran reto de su vida y quizá se le haya metido demasiada presión. Y en tercer lugar, falló un gol en los primeros minutos del primer partido ante Polonia y puede que lo esté arrastrando".
"Está irreconocible. No se le puede pasar el balón", resume Netzer
"Quizá se le ha metido mucha presión. Es el reto de su vida", dicen en su entorno
Alemania en la Eurocopa |
Entre sus errores, el más escandaloso fue el gol que pifió bajo la portería, tras un magnífico pase de Klose, en el minuto 5 del choque contra Austria. Sólo tenía que acunar el balón con el pie derecho, pero lo tocó defectuosamente y se elevó en un globo que tampoco fue capaz de cabecear superado por un defensa. El primer fallo le dejó noqueado y ya no pudo rectificar. El Berliner Zeitung se mofaba así de la acción: "Desaprovechó la ocasión de su vida a 40 centímetros de la meta y, a continuación, volvió a desaprovechar de cabeza otra ocasión a 10 centímetros. Habría que haberle colocado el balón más cerca". El entorno del delantero encuentra una explicación: "El balón dio un bote justo antes de que fuera a contactar con él. Por eso falló. Todo el mundo que ha jugado al fútbol sabe que esto puede pasar".
Más allá de un desacierto más o menos disculpable, el goleador, de padre granadino y madre alemana, está desenfocado y él lo sabe mejor que nadie. "Entiéndanme, perdonen que no les atienda", se disculpó ante los periodistas que le requerían tras el encuentro ante Austria. Antes, su entrenador, Joachim Löw, había salido en su defensa: "No está demostrando las cualidades sobresalientes del pasado curso, pero vamos a seguir confiando en él porque es uno de los pocos que puede resolver un partido por su cuenta".
Al hablar con Mario antes de la Eurocopa, se le veía ilusionado con su visita después del torneo a Albuñán, el pueblo granadino de su padre y sus abuelos, para inaugurar una calle con su nombre. Le apetecía regresar al paraíso de la infancia, a los callejones donde jugaba al fútbol con sus primos imitando a Romario, con el orgullo de una gran Eurocopa en el bolsillo. No está siendo así de momento. Tan sólo en el primer partido dejó algún detalle de su calidad: el pase que, rompiendo el fuera de juego, lanzó a Klose antes de que éste le cediera el primer gol a Podolski. Ante Croacia ya rindió tan por debajo de sus posibilidades que él mismo estaba convencido de que sería suplente frente a Austria. No lo fue, pero hizo méritos para serlo en los cuartos de final contra Portugal.
Cuando ejerce de Dr. Jekyll, Gómez es un delantero de un físico prominente (mide 1,89 metros) que sabe desmarcarse, manejar el balón con descaro y marcar goles a espuertas. Tantos que le apodaron Mr. Zverlässig (Sr. Fiable) tras anotar la pasada campaña 19 en 25 partidos. El curso anterior, Gómez ya había conquistado la Liga alemana y había sido proclamado mejor jugador germano. Disfrazado de Mr. Hyde, es lento, impreciso, no logra despegarse de los defensas, vive en fuera de juego y falla goles inverosímiles.
Y, aun así, algunos de los grandes siguen confiando en él. Por ejemplo, el presidente del Bayern de Múnich, Karl-Heinz Rummenigge, que declaró: "Es lógico que nos planteemos su fichaje. Es un joven talentoso".
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