El petróleo roza la barrera de los 140 dólares por barril
El precio del petróleo se ha multiplicado por cinco en el último lustro. Rompe barreras casi a diario. Y algunos analistas ven factible incluso la barrera de los 200 dólares por barril. En esa carrera que mezcla causas como la escasez, el tirón de la demanda, las tensiones geopolíticas y la especulación, el crudo rompió ayer un nuevo máximo y se quedó a un suspiro de los 140 dólares -o 90 euros- por barril en las variedades de referencia europea y estadounidense, coincidiendo con el fin de la huelga de transportistas en España.
De nada sirvieron las protestas del G-8 -el grupo de países más industrializados del mundo- este fin de semana en Osaka (Japón) en contra de la especulación. Ni siquiera la decisión de Arabia Saudí de elevar en medio millón de barriles su producción diaria. Después de los recortes de finales de la semana pasada, el crudo llegó a rebotar ayer hasta cinco dólares por dos causas fundamentales: un corte de producción en el mar del Norte, a causa de un incendio, y un fuego aún mayor y que dura ya varios meses: el declive del dólar con respecto al euro.
Reunión de la OPEP
El mercado se las prometía felices tras el anuncio de Arabia Saudí -"el régimen no quiere ser culpado de los elevados precios", afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon-, ante la posibilidad de que el resto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) vaya por el mismo camino. Consumidores y productores de crudo se reunirán el próximo domingo para encontrar una solución a los máximos alcanzados en los precios, y que han extendido las protestas en distintos sectores por Europa, Asia y América Latina.
"Lo más probable es que la OPEP agregue producción en su próxima reunión, pero el incremento debería ser suficientemente significativo", explicó a Reuters Rob Laughlin, analista de MF Global. Para los economistas del cartel petrolero, "los precios actuales no reflejan la realidad de la oferta y la demanda. El mercado está muy bien abastecido".
La escalada del petróleo no ayuda precisamente a contener la inflación: los precios cerraron mayo con una subida del 3,7% en la zona euro, cuatro décimas más que el mes anterior. Se trata de un argumento más para que el Banco Central Europeo (BCE) cumpla con su amenaza de subir los tipos de interés.
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