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IU se desliza hacia la radicalidad

La federación de izquierdas se sitúa, en algunos casos, en espacios antisistema

Si hay algo que salta a la vista en la nueva etapa de IU de Andalucía es su corrimiento hacia posiciones más radicales. Y no se trata sólo de la imagen irredenta de Juan Manuel Sánchez Gordillo (el líder jornalero de la CUT, ahora diputado) y su perenne pañuelo palestino: son los mensajes, las iniciativas, los referentes, el lenguaje. Lo último ha sido amenazar con salirse de la FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias) si no se resuelve la financiación local en los presupuestos de 2009.

Valderas amenaza con abandonar la FAMP si no hay pacto local

Algunos dirigentes de la coalición sostienen que se están recuperando las verdaderas señas de identidad de la izquierda para poner distancia con el PSOE. Otros opinan que es el reflejo de la crisis interna: la oposición a Gaspar Llamazares, impulsada por el PCE, lleva la bandera más extrema para resaltar el supuesto entreguismo de éste a los socialistas. A la postre, añaden quienes critican el nuevo rumbo, esta inercia tendrá su coste en las urnas por la imagen antisistema que se está trasladando.

El inicio de la legislatura marcó las pautas. La mitad del grupo parlamentario (tres de seis) prometió el cargo por "imperativo legal", la fórmula que años antes había escogido el entorno de ETA para no acatar la Constitución española. También copió el procedimiento posteriormente el miembro del Consejo de Administración de la RTVA José Luis Centella, a la sazón secretario general del PCA.

Sánchez Gordillo, además, aderezó el acto del Parlamento con la declamación de una parrafada que es todo un compendio de los términos que más se están usando ahora en los cenáculos de la formación andaluza. "Sí, prometo por imperativo legal, y como militante de izquierda anticapitalista, nacionalista y republicano, me comprometo a subvertir el orden establecido hasta que los derechos humanos lleguen a todos los andaluces desde la no violencia activa".

El lenguaje, que retrotrae a la verborrea revolucionaria del tardofranquismo, es el que predomina en los documentos y las declaraciones de los dirigentes. El manifiesto electoral del pasado 9 de marzo ya hablaba de "acumulación especulativa del capital", de la "lucha obrera", de "neocolonialismo". Hacía mucho tiempo que IU, e incluso el PCE, había abandonado tales expresiones. En este momento, están en primera línea, como también el objetivo republicano que, de una aspiración durmiente por su inviabilidad manifiesta, ha pasado a cobrar el mayor protagonismo. El republicanismo ya no es un rasgo consustancial a un partido de izquierdas, es la meta de la estrategia política. De hecho, la única movilización de calado que ha hecho IU de Andalucía en los últimos meses ha sido la red de municipios por la III república, cuyo promotor es el ex diputado Antonio Romero.

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No es una cosa exclusivamente de Romero, el coordinador, Diego Valderas, dijo hace tiempo que el objetivo de la organización es la proclamación del "Estado republicano". En este paquete se incluye la teoría de la "ruptura con el pacto constitucional de 1978", acuñada por Romero, que está pegando fuerte en el debate interno de IU. En síntesis, Romero aboga en diez puntos por dejar atrás la Constitución porque no ha servido para mejorar el país y, muy al contrario, los derechos básicos se han deteriorado.

La ruptura constitucional lleva aparejada la ruptura con Europa. El primero en plantearla fue Gordillo, con su "soberanía alimentaria", que consiste en que cada territorio cultive lo que quiera al margen de lo que diga la Unión Europea. Y parece que el testigo lo ha tomado el parlamentario malagueño José Antonio Castro, quien animó esta semana a "pasarse por el forro" las directivas europeas.

Su compañero de escaño, Juan Manuel Mariscal, argumentó con la siguiente tesis el rechazo a una iniciativa del PP para que los andaluces puedan optar a trabajos en comunidades con lengua propia sin saber hablarlas: "¿Tienen los mismos derechos, a la hora de estudiar, los hijos de los adinerados que los hijos de los empobrecidos? (...) ¿Tienen los mismo derechos los jornaleros del SOC que la duquesa de Alba? (...) ¿Los ciudadanos normales que la familia real? ¿Botín que yo?".

La simbología y los referentes también hablan del deslizamiento. La hoz y el martillo son omnipresentes: en la sede andaluza, el logotipo de IU es un mero añadido bajo las siglas del PCA. La revolución cubana supera las meras campañas de solidaridad, es un modelo, como también la Venezuela de Hugo Chávez.

Diago Valderas y Juan Manuel Sánchez Gordillo, en una foto de archivo.
Diago Valderas y Juan Manuel Sánchez Gordillo, en una foto de archivo.JULIÁN ROJAS

El PSOE no llama

Los dirigentes de IU están muy molestos con la indiferencia que están mostrando los socialistas respecto a las negociaciones sobre financiación autonómica, la deuda histórica o RTVA. Pese a los reiterados envites de Diego Valderas, el PSOE ya ha advertido de que primero pactará con el PP la financiación y, en un segundo término, con IU. Nada que ver con la legislatura pasada, en la que los izquierdistas eran, como ocurrió con la reforma del Estatuto de Autonomía, los primeros interlocutores. De ahí, la amenaza de Valderas de salirse de la FAMP, y los calificativos con los que se dirige a Manuel Chaves, a quien recientemente le llamó "capo" a cuenta de este conflicto.

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