Exhumación por una herencia
Un hombre litiga para demostrar que es hijo de un millonario fallecido
Exhumar un cadáver para identificar al padre. Un juzgado de Sevilla aprobó ayer esta "prueba de filiación" por la que Rafael, un hombre de 65 años de Écija, sabrá si es hijo del acaudalado agricultor que murió hace cuatro años sin haberle reconocido. Está en juego una herencia de seis millones de euros que ahora disfruta la hija legítima del agricultor. Un médico de oficio realizará la identificación en las próximas semanas.
Como si de una telenovela se tratara, la historia de Rafael es cada vez más compleja: La exhumación no se podrá realizar en el cadáver del supuesto padre, pues éste fue incinerado poco después de morir, sino en el cadáver del único hermano del fallecido, que ya lleva 15 años enterrado. Fernando Osuna, el abogado del caso, celebró ayer la decisión "excepcional" del tribunal ya que, según el letrado, "la exhumación no es una actuación común en estos casos. Sólo se hace en procedimientos penales".
Embarazada y soltera. En los años 20 eso era peor que el desahucio
"Perdona chaval, no sé quien eres", contestó el supuesto padre a Rafael
Rafael nació el 9 de diciembre de 1941. Su madre era de origen humilde y su supuesto padre, de familia pudiente. Ella era la hija de la costurera que acudía a la "casa rica" a coser. Él era el pequeño de "los señores". Pero los jóvenes, con poco más de 20 años, se enamoraron y se fueron a vivir juntos. Tras un año de convivencia, las presiones familiares hicieron que él abandonara a su novia. Su familia celebró la separación y poco después organizaron una boda con otra joven de clase social alta. De ese matrimonio, nació una niña: la hija legítima.
"Antes de la Constitución de 1978, las vinculaciones extramatrimoniales no contaban a la hora de percibir herencias", explica Osuna, el abogado de Rafael. "Así que todo fue para la hija; y el ilegítimo se quedó sin nada".
Ayer por la mañana un autobús llegaba a Galicia repleto de personas mayores. Casi todas de Écija (Sevilla). Uno de ellos es Rafael, que viaja con su esposa Lola. No quiere dar su apellido. Desde allí, por teléfono, reconoce que lo que quiere es justicia. "Y después olvidarme de todo". Antes de volver al grupo, habla brevemente de su supuesto padre. "Le llamé una vez para pedirle ayuda. Yo salía del orfanato en el que me había criado y necesitaba dinero para incorporarme al servicio militar". Y hubo respuesta paterna: "Perdona chaval pero no sé quien eres. No te conozco". Entonces Rafael se marchó a buscarse la vida a Barcelona, donde vivió 30 años. Allí nacieron sus dos hijos, Rafael y Guillermo.
Embarazada y soltera. "En los años 20, eso era peor que un desahucio", explica Guillermo refiriéndose a su abuela. "A mí me da pena porque ella nunca se casó con nadie, ni tuvo más hijos". Guillermo, que tiene 38 años y trabaja en una empresa de juguetes, siente lástima por su padre: "No quiero que sufra más. Todo esto le lleva a recordar. Y sólo tiene malos recuerdos".
Las únicas personas que estaban vivas cuando nació Rafael rondan ahora los 90 años. "Sus testimonios no han sido muy útiles en el juicio", explica Osuna: "Por eso el juez decidió llegar al extremo de la exhumación".
Aún Rafael siente rabia porque nadie llamó a Barcelona para informarle del fallecimiento de su supuesto padre. "Me enteré cinco meses después", se entristece. "Esa mujer", como llama a la hija legítima, "no quiso decirme nada". Corta su discurso cuando debe mencionar al que cree su progenitor. "Nunca me referí a él como padre; le decía Rafael, mi mismo nombre".
Cronología de un hijo ilegítimo
- 1941: Nacimiento de Rafael.
- 1947: Ingreso en un orfanato de Sevilla.
- 1954: Matrícula en la Escuela de formación Profesional.
- 1970: Traslado a Barcelona. Se casa y nacen allí sus dos hijos, Rafael y Guillermo.
- 1987: Fallecimiento del supuesto tío de Rafael.
- 2003: Muerte del supuesto padre de Rafael.
- 2008: Un juez autoriza la prueba filial para comprobar si es hijo del rico agricultor que los testigos señalan.
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