Garzón halla indicios de pagos voluntarios de empresarios a ETA

La detención, ayer, de las hermanas Blanca y Maribel Bruño Azpiroz, acusadas de pagar "voluntariamente" a ETA 6.000 euros, según un documento hallado en el ordenador de Francisco Javier López Peña, Thierry -uno de los jefes de la banda detenidos en Burdeos el pasado 20 de mayo- abre la puerta a la investigación judicial de una fuente de financiación de ETA muy hermética y desconocida: la que se basa en las aportaciones de personas, empresas y grupos económicos ideológicamente afines.

Se trata de todo un mundo por explorar ya que nunca será denunciado por quienes acceden a realizar una "aportación conveniente", que suele ser una cuota anual previamente pactada, como la denomina la propia ETA. Las misivas que les envía la banda no tienen tono amenazante sino que empiezan por "agradecer la colaboración", a diferencia de las dirigidas a los extorsionados. Y al ser cuotas pequeñas y periódicas -6.000 euros anuales para una empresa, en este caso- pueden ser muchas y periódicas, es decir una fuente fija de ingresos considerables. Una modalidad que fue activada por Gezi, el aparato de finanzas de ETA, a partir de la ruptura de la tregua de Lizarra en 2000.

Blanca Bruño Azpiroz es la presidenta y su hermana Maribel, vicepresidenta, de la empresa familiar Andrés Bruño e Hijos S.A., fundada por su padre hace más de 50 años a partir de la tradición angulera de Aguinaga, un barrio de Usurbil (Guipúzcoa). Dedicada a la comercialización de mariscos y especializada en productos precocinados de txangurro, la empresa cuenta con 13 empleados.

Andrés Bruño fue alcalde peneuvista de Usurbil en la primera legislatura democrática. En la localidad se recuerda que Bruño sí fue extorsionado y tuvo que lidiar, a principios de los años 80, una exigencia de impuesto revolucionario realizada por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, escisión etarra que en aquella época protagonizó secuestros para financiarse.

La proximidad ideológica de las dos hermanas con el mundo de la izquierda abertzale no es ninguna sorpresa. "Son las típicas que cojean por ahí", afirma un veterano del pueblo consultado. Maribel, que se dedica a la enseñanza, formó parte de la lista de Euskal Herritarrok como suplente en las municipales de 1999.

Situada junto a San Sebastián, esta localidad de 5.714 habitantes tiene un regidor de ANV al que en mayo del 2007 respaldó el 40,92% de los votantes. El resto de ediles -tres de EA, dos de Aralar, uno del PNV y uno del PSE- reflejan la abrumadora mayoría nacionalista. La presencia radical es perceptible en las calles y en la decoración de su céntrica plaza donde estuvo instalada la sede central de Batasuna hasta que fue clausurada por Garzón.