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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Frédéric Fajardie, escritor francés

Fue un prolífico autor que pasó de la novela negra a la histórica y los relatos de capa y espada

Había escrito más de 350 relatos pero seguía siendo una persona desconocida. Esto era así porque la vida diaria de Frédéric Fajardie, que murió el pasado 1 de mayo sin cumplir los 60 años, se llamaba Ronald Moreau y era poco dado a intervenir en el debate público o los medios de comunicación. Él escribía, y basta. Y escribía mucho. Nacido en agosto de 1947 en París, su aventura literaria comenzó en 1974.

"Estaba con cuatro amigos en una ciudad aburrida. Decidimos dedicar la noche a escribir una novela policíaca. A las cuatro de la mañana, había escrito cuatro capítulos y, sobre todo, descubierto que no tenía ganas de parar", dijo. Y sólo lo paró la muerte, que lo derrotó tras una larga lucha contra el cáncer.

En su primer libro, Tueurs de flics (Asesinos de la pasma), los criminales no sólo matan policías, sino que los cortan en pedazos. Con carácter de venganza social nació el segundo, La nuit des chats bottés (La noche de los gatos con botas): dos expertos en explosivos vengan la muerte de un amigo en un accidente laboral. Salta en pedazos no sólo la empresa, sino también el centro de la Seguridad Social, el hospital público y el ministerio de Hacienda.

"Mi padre me enseñó a juzgar a las personas por lo que hacen, no por lo que dicen", recordó. A ese padre, librero, se le atribuye haberle contagiado el virus de la literatura. La madre, antigua campeona de Francia de baloncesto, le legó varios centímetros de más bajo su cráneo desguarnecido y sus ojillos de miope.

La venganza y la monstruosidad, sus dos temas recurrentes, se repitieron en sus éxitos Sniper (1981) y Gentil Faty! (1981), casos ambos resueltos por el comisario Padovani, habitual protagonista que descubre que sus colegas son a veces más inquietantes que los criminales. En 1986 cambia de registro a la novela histórica.

Pero fue con su relato de capa y espada Les Foulards Rouges (Los fulares rojos, 2001; publicado en España por Edhasa) con el que obtuvo fama internacional y varios premios en su país. Como dijo Richard Bocci, director de la colección Polar: "Un hombre que escribe sin trampas ni florituras. Ahí reside su fuerza".

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