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Cuatro millones de españoles tienen ya el DNI electrónico, pero apenas lo usan

Nueve de cada diez documentos que se expiden permiten la firma por Internet

Pablo Linde

Ya lo tienen cuatro millones y medio de personas pero, cuando se saca de la cartera todavía hay quien no lo reconoce. El Documento Nacional de Identidad Electrónico (DNIE), que lleva más de un año y medio en circulación, es aún un gran desconocido. La mayoría de quienes no lo poseen lo ven como algo extraño y sus propietarios apenas le dan los nuevos usos que posibilita.

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Además de sus colores y diseño, la principal diferencia del DNIE con el anterior es un chip que permite acreditar la identidad de una persona a través de Internet. Gracias a él se pueden firmar documentos en la Red con la misma validez que la rúbrica manuscrita. Hoy es posible realizar desde casa más de 500 trámites. Basta con introducir el DNI en el lector y teclear una clave. Eso ya es sinónimo de una firma tradicional. A finales de 2009 será obligatorio que todas las gestiones con la Administración se puedan completar con el documento.

Pero hasta ahora tiene más futuro que presente. En primer lugar, hay que tenerlo. Hoy en día casi todas las comisarías lo expiden. Nueve de cada diez documentos de identidad que se ponen en circulación son electrónicos, y en septiembre los tradicionales no se fabricarán. Se fue incorporando poco a poco; el ritmo actual es de aproximadamente medio millón al mes, de forma que en 2014 prácticamente todos los españoles lo tendrán.

El segundo inconveniente es la infraestructura. Para usarlo, el ordenador debe tener un lector de tarjetas y unos programas específicos (que se pueden descargar gratuitamente de la página www.dnie.es). Es algo que cada vez más máquinas incorporan, pero que aún no predomina en los hogares.

El tercer obstáculo, y el principal reto de la Administración, es el conocimiento de los usuarios. Las posibilidades son muy amplias; las ventanillas de los ayuntamientos o ministerios serán un recuerdo para la mayoría de los ciudadanos. Además, hay empresas que ya operan con el DNIE. Pero la mayoría de la gente desconoce estas posibilidades.

"Es cuestión de tiempo", asegura Juan Miguel Márquez, director general de Impulso de la Administración Electrónica. "El crecimiento del uso del DNIE es exponencial y en unos cinco años será generalizado. Sin duda habrá que hacer campañas de educación a los ciudadanos. Hoy en día sólo los que están muy motivados le sacan partido", explica.

Casi todas las páginas web de la Administración tienen un apartado de Oficina virtual. Ahí es donde se puede operar con el DNIE. Un ejemplo es la del Instituto Nacional de Empleo (Inem), una de las que más gestiones telemáticas registra. Solicitud de certificados, de baja en el abono de pagas por desempleo, domiciliación y modificación de datos bancarios y solicitud de prestaciones contributivas son algunos de los trámites que ya se pueden realizar sin guardar la cola del paro.

"El DNI sólo aporta la identidad, no guarda ninguna otra información adicional en el microchip", dice Márquez. Si un banco, por ejemplo, admite el nuevo documento, el usuario se podrá identificar para consultar sus cuentas e, incluso, hacer transacciones con él. Igual que puede llegar a servir de tarjeta sanitaria.

Pero si la Administración tiene un compromiso legal para hacer posibles gestiones con el DNIE, las empresas esperan a que se generalice, a tener un mercado amplio, para incorporarse a esta tecnología. "Hasta hace nada muy poca gente lo tenía. Pero ahora es el momento en que las compañías se suman", asegura Márquez. Asume que su madre, por ejemplo, jamás lo utilizará. "Pero para la mayoría será imprescindible".

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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