"La política educativa se baila así"

"¡La política educativa se baila así! / Uno, los decretazos / dos, ciudadanía / tres, el uniforme/ cuatro, la Religión... pelea, pelea", cantaban Maite y Paula, de 5º de Primaria, y la pequeña Luz, que está en segundo. Junto a ellas, un zancudo con cara de Rajoy y otro de Aznar, vestidos con sotana, soltaban sermones y latigazos por la céntrica y comercial arteria de San Vicente de Valencia. Y así, a ritmo del pegadizo tema de Chiquilicuatre, miles de personas se manifestaron -a la misma hora en que España goleaba a Rusia en la Eurocopa- en Valencia, Alicante y Castellón.

En Valencia, padres y madres, alumnos, profesores y la Asociación Profesional de Directores en bloque contra "la política educativa no negociada, y la agresión constante a la autonomía de los centros educativos y la libertad de cátedra", según resumió Vicent Mauri, del secretariado del STEPV, junto a Joan Sifre, de la confederación de CC OO, y el resto de líderes sindicales de UGT, con Guillermo Martí de la federación de enseñanza, y Miguel del Río, del CSIF, convocantes de la manifestación organizada por la Confederación de AMPAS Gonzalo Anaya. Políticos de izquierda, como Carles Arnal, Glòria Marcos, Emèrit Bono y una larga representación de catedráticos y profesores de universidad arroparon a las asociaciones de padres de alumnos (AMPAS), muy enojadas con el anuncio del "uniformar" a los colegios públicos sin ni siquiera haber abierto una discusión pública. Hasta el Papa se presentó en Vespa, mientras Rajoy, al pasar por el Micalet exhortaba: "Esta es la casa de Dios, entrad y dialoguemos un rato".

"La imposición del Plan Éxit [para combatir el fracaso escolar con nueve horas lectivas en julio], el decretazo de Educación para la Ciudadanía, el retraso en los nuevos currículos de la Ley Orgánica de Educación (LOE) y los cambios de horarios para primar la Religión y recortar las horas de Filosofía", son en palabras de Gemma Piqué, vicepresidenta de la Gonzalo Anaya, parte de la lista de noes que ayer forzó a alumnos y docentes a cambiar las aulas, por las calles.

"El uniforme es una imposición al profesorado y una burla a las familias", remató un padre del colegio de Llíria seleccionado dentro del plan piloto para uniformar la escuela pública que se estrena en septiembre.