Felicidades, Virginia y Anabel
Virginia Ruano es una tenista española que ha ganado nada menos que 39 títulos en la especialidad de dobles a lo largo de su carrera. El viernes sumó su título número 40 al ganar, con su compañera Anabel Medina, la final de Roland Garros, torneo en el que partían sólo como décimas cabezas de serie. ¡Casi nada! Por logros infinitamente menos meritorios de nuestros deportistas masculinos, su periódico y los demás medios de comunicación llenan páginas y páginas e interminables horas de programación televisiva.
Tal vez el domingo, a la hora de la fiesta española tras el reparto de premios (sobre todo tras la nueva victoria de Nadal), algún comentarista las haya mencionado de pasada, o incluso las haya entrevistado. Pero el día del partido, que se jugó el viernes a continuación de la semifinal Federer-Monfils, sólo hubo silencio. El más escandaloso y vergonzoso silencio. Ni la televisión lo retrasmitió ni su periódico recogió la noticia al día siguiente, a pesar de que durante estas fechas publica una sección especial sobre Roland Garros, y yo me tuve que enterar entrando directamente en la página web del torneo.
Sin comentarios. Bueno, uno sí, por supuesto: felicidades, Vivi y Anabel, habéis hecho algo muy, muy grande.
