Cicerones romaníes en la Asamblea
15 azafatas, la mayoría de etnia gitana, muestran el hemiciclo esta semana
Frente al cuadro del senador que se empeñó en conseguir la autonomía para Madrid (junto a la sala de comisiones que lleva su nombre), la azafata Rocío Fernández, de 23 años, explica a tres jubilados de quién es el retrato. "José Prat no fue presidente de la Asamblea, pero ayudó en su construcción", explica.
Este rincón forma parte del recorrido por la Cámara regional que únicamente esta semana tiene como cicerones a 15 azafatas de la empresa Ecotur, vinculada a la Fundación Secretariado Gitano y que emplea a un gran número de mujeres de esta etnia. Después, el resto del mes que está previsto que la Asamblea permanezca de puertas abiertas, no habrá guías.
"¿Qué tal, troncos?", espeta Aguirre a los periodistas al llegar a la Cámara
Rocío es una de las veteranas, pues ya estuvo el año pasado. Esta vez han cambiado los altos tacones de aguja por cómodos zapatos de salón para recorrer una y otra vez los pasillos de la Asamblea. Ella es la única que apenas mira el cuaderno a modo de chuleta que llevan con la información. Algunas compañeras se unen al grupo para escucharla e imitarla después.
Emprende el siguiente punto de interés de carrerilla: "Estos cuadros son de los presidentes que ha tenido la Cámara". "¿Y dónde está la de ahora, la que era ministra?", le pregunta uno de los visitantes en alusión a Elvira Rodríguez (PP). "Pues no está su cuadro porque todavía no la han pintado", le responde Rocío con buena improvisación.
Apenas había visitantes ayer en la primera mañana lluviosa de puertas abiertas de la Asamblea. La mayoría son jubilados como Epifanio Vicente Medina, de 70 años, que visita la Cámara todos los años. Ayer fue uno de los primeros, después de que los políticos cortaran la cinta de rigor. Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad, recibe honores por su cargo, como si no estuviera acostumbrada a visitar cada jueves la Asamblea. Al grito de "¡Qué tal, troncos!", que dirige a los periodistas, se da una vuelta por los paneles. Al final, como se conocen todos, sale el compadreo político, ante las portavoces Maru Menéndez (PSOE) e Inés Sabanés (IU). "¡Mira cómo está Pedro Sabando! El tiempo es terrible", dice Aguirre nada más llegar sobre un diputado socialista.
Pero también reparte para los propios. "El tamaño de Antonio Beteta...", comienza. "Esto era cuando decían que éste era un Gobierno de peso", bromea, ante la evidente pérdida de kilos del portavoz del PP.
En su línea habitual, la presidenta arremete contra los errores: "¿Cómo falta el nombre del arquitecto? Si uno de los éxitos de la Asamblea es el edificio, luminoso, cálido, funcional...". Allí donde apunta debería estar el nombre de Juan Blasco.
Con el atrio, donde está la exposición fotográfica, tomado por un programa matutino de Telemadrid y el hemiciclo, por los servicios informativos de la cadena autonómica, al final resulta el peor día para visitar la Cámara. La mañana transcurre casi sin público. Lo mejor, sin duda, son las azafatas, que le echan mucho arte y explican la historia de la Cámara a su manera. Entre los nervios que tienen por ser el primer día y la vergüenza que les da hablar en público, aceleran las explicaciones y algún visitante se recorre el recinto en un cuarto de hora.
Una de las azafatas más jóvenes se ha arrancado a imitar a su compañera Rocío: "José Prat no fue presidente de la Asamblea...", comienza. Durante unos segundos, duda. "Pero fue muy importante", termina ufana.
25 años de la Asamblea. De 10.00 a 19.00, de lunes a viernes, hasta el 9 de julio.
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