El príncipe rana de Tel Aviv
Un hombre amenaza con vídeos porno a mujeres que estafó con planes de boda
Era el hombre perfecto: "gentil", "caballero", "cultísimo", "el príncipe azul", recuerdan sus víctimas. Decía ser vasco, tener 58 años y dirigir un hotel de cinco estrellas en Tel Aviv (Israel). Aseguraba no haber estado con una mujer desde la muerte de su esposa, hacía diez años y prometía el último gran amor. Allí estaba. En match.com, una web de contactos de Internet. Ahora se ha convertido en un monstruo.
Tras seducir y estafar a sus víctimas pidiéndoles matrimonio primero y dinero para el banquete después, Moisés Elías Chocrón, alias Carlos Echeverría, el supuesto donjuán, intenta ahora coaccionarlas desde Israel para que retiren las denuncias que han puesto contra él en varios juzgados y que se han derivado a uno de Málaga. Su método: amenazarlas con enviar a su familia y amigos "vídeos pornográficos" que grabó cuando fueron a visitarle a su casa en Israel. Lejos de amedrentarlas, ha conseguido una nueva denuncia, esta vez ante la Fiscalía contra la Violencia de Género de Málaga.
"Tu hijo y tu nuera desearán que la tierra los trague", advierte el donjuán
De momento, al menos 15 víctimas han perdido cerca de 200.000 euros
"Mi querido y adorado amor... Sólo deseo tenerte en mis brazos, besarte y amarte para siempre", decía en una de las primeras cartas a Shaila (nombre falso), una viuda de Málaga. "Puedo hacer que todo tu barrio te eche a patadas. No me pongas a prueba, guapa. Te puedo dar una sorpresa a ti y a tus hijos, que lo lamentarán mucho. Yo también sé colgar cosas en Internet, cielo", le respondió algunos meses después de haberle pedido matrimonio y al enterarse de que le había denunciado por estafa.
Lo mismo le pasó a María (nombre falso), de Asturias. "No pensaba ir a Tel Aviv bajo ningún concepto pero me llamó por teléfono y... Es un encantador de serpientes. Compré el billete al día siguiente. A las 24 horas de estar en su casa, mientras comíamos, me pidió que me casara con él". María guarda como prueba la carta que Chocrón le envió cuando supo que había sido descubierto. Una misiva ordinaria: "No sabías ni siquiera besar, parecías una pueblerina incapaz de hacer feliz a un hombre"... "tienes un culo desproporcionadamente grande"... y que termina amenazándola: "Te haré tanto daño que tendrás que irte de España (...). Tengo lo que tú no tienes, dinero y tiempo. Voy a lincharte a ti y a toda tu familia". Para intimidarla, el donjuán dice tener 5.000 copias con fotos de ella en la cama listas para enviar a Asturias. "Tu hijo y tu nuera desearán que la tierra los trague y desearán matarte".
Y lo mismo le pasó a Elena (nombre falso), de un pueblo de Girona. "Me pidió matrimonio enseguida. Decía que en su empresa eran muy puritanos y estaba mal visto la convivencia fuera del matrimonio. Era muy culto y muy correcto. Quizá extremadamente correcto, para ser la mujer de su vida, no había demasiada pasión. Cuando volví de Tel Aviv, empecé a investigar. Me di cuenta de que me había mentido en muchas cosas, y le escribí diciéndoselo. Me respondió amenazándome con enviar a mi ex marido y a mi hijo un montaje pornográfico".
El presunto donjuán estafó cerca de 200.000 euros a al menos 15 mujeres en Málaga, Madrid, Bilbao, Mijas (Málaga), Valencia, Asturias y Canarias. A la que más, le sacó 120.000 euros para, supuestamente, comprar un piso. Para Shaila es el segundo revés económico, tras haber perdido 72.000 euros en Fórum Filatélico. La mayoría no cuenta con recuperar su dinero, pero todas desean que su ex amante "acabe entre rejas por el daño moral que ha hecho".
No va a ser fácil. "Si estuviera en España ya estaba detenido, porque sabemos dónde vive. Pero al vivir en Israel hay que hacer un montón de gestiones para que colabore su policía o sus jueces", reconoce el jefe de la unidad de delitos tecnológicos de la policía de Málaga, que lleva el caso.
Chocrón enganchaba a sus víctimas hablándoles de "la última oportunidad". "Casi todas tenemos el mismo perfil: mujeres que rondan los 50, separadas o viudas, que no se resignan a quedarse solas", explica Elena. Después, el donjuán se detenía en la faceta que a cada una le atraía más. "Me decía que se ocupaba de una ONG y que apadrinaba niños, mientras me pedía que le diera 25.000 euros, le llevara un ordenador portátil ¡y hasta unas sartenes!", recuerda Katy, intérprete, desde Mijas. "A mí me dijo que quería casarse antes de jubilarse para aprovechar que su empresa pagaba los viajes a las mujeres de los empleados. Me hacía mucha ilusión. ¡Pensé que iba a conocer mundo!", confiesa Shaila.
"¡No lo puedo creer. Es el mismo!"
Shaila (nombre falso) descubrió que el príncipe azul le había estafado tras haberle enviado 12.500 euros para el banquete de boda, y poco antes de que la supuesta hija de su prometido le escribiera diciéndole que había muerto de un infarto. "Estaba en la peluquería y empezamos a hablar de mis viajes a Tel Aviv. Una de las chicas dijo que tenía una amiga que también había conocido a su novio por Internet y que se iba a casar en Israel. El novio se llamaba igual. Pedí el teléfono de la chica, quedamos y llevamos nuestras fotos. ¡No lo podía creer. Era el mismo!". Al día siguiente, Shaila recibió un correo comunicándole la muerte repentina de su prometido.
Poco a poco fue localizando a más víctimas: 12 españolas y tres extranjeras. Nadira, venezolana de 43 años, fue estafada hace siete años. "Me ofreció trabajo en un hotel que dijo tener en Madrid. Me pidió 2.600 dólares para pagar el papeleo al abogado, que terminaron siendo 5.000. Una vez aquí, dijo que tenía que irse a Tailandia por trabajo. A los pocos días recibí un e-mail de su secretaria diciéndome que había muerto en un atraco. Me quedé sin papeles, sin trabajo y sin dinero, sola en España".
Las denunciantes están convencidas de que hay más víctimas. "Hemos hecho una tabla con nuestros viajes a su casa de Tel Aviv. ¡Salía una y entraba otra!", relata una de ellas. Creen que muchas no han denunciado por vergüenza o por miedo: "Es un hombre muy violento. No quiero que salga mi nombre porque le veo capaz de contratar a alguien para hacerme daño y porque no quiero que la gente me juzgue. Vivo en un pueblo muy pequeño".
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