"El militante quiere tripartito hasta 2010, después se verá"

Hombre sosegado, reflexivo, socialdemócrata convencido, y portavoz de ERC en el Congreso, Joan Ridao (Rubí, 1967), será el hombre que supervise el devenir de la organización independentista, escudero de Joan Puigcercós. El flamante secretario general de Esquerra habla con EL PAÍS mientras se configura la dirección republicana tras comprobar cómo se diluye la influencia de Josep Lluís Carod Rovira, que ha dirigido el partido los últimos 12 años.

Pregunta. ¿Cómo se plasmará el cambio tranquilo que propugnan Joan Puigcercós y usted mismo?

Respuesta. Representamos la centralidad del partido y nos sentimos muy legitimados, pero hay una parte muy importante de la militancia que han apoyado a otras candidaturas. Haremos un cambio tranquilo porque ERC ya es un partido grande y de Gobierno que no se puede permitir golpes de timón bruscos. Eso quiere decir que los virajes deben ser suaves. Queremos reforzar y modernizar el partido para que sea una herramienta más potente. El liderazgo político lo debe tener el partido y no los representantes en las instituciones. También queremos un partido en red y con complicidad con más sectores de la sociedad civil. Y en estrategia hay que establecer un perfil más nítido y más claro en el Gobierno de la Generalitat.

"No puede haber cambios bruscos de timón, los virajes deben ser suaves"

"Tras el congreso nos reuniremos con los líderes del tripartito y con Mas"

P. ¿Pero ahora no se ha evidenciado un partido muy dividido? Quizá no han avanzado con esta votación.

R. El gran objetivo a partir de hoy mismo es evitar que se dé una situación en la que convivan cuatro partidos dentro de un solo partido. No hay nada que se penalice más en las urnas que una formación que proyecte división interna. Queremos conjurar este peligro y estamos hablando con todos para conformar una dirección lo más unitaria y lo menos excluyente posible.

P. ¿Seguirá habiendo críticos organizados dentro de Esquerra? ¿El congreso servirá para cambiar esta tendencia que puede traer confusión?

R. Queremos integrar a todos. Si no es posible, se impone en el futuro un cambio en la cultura organizativa del partido. La mayoría debe tener margen de maniobra para gobernar y hacerlo con tranquilidad, y la minoría tiene derecho a expresar su discrepancia en los órganos del partido y esperar al próximo congreso si conviene cambiar algo. Si este cambio supone tener que votar todas las decisiones del partido, ningún problema. Hay que evitar llegar a acuerdos por falsos asentimientos. No se puede vivir en la ficción como en algunos momentos en el pasado de este partido, hay que actuar de otra forma.

P. ¿Los números de la elección significan un apoyo a la presencia de ERC en el tripartito? ¿O han detectado algún matiz que se debe incorporar?

R. Los resultados se parecen mucho al mandato que recibimos en la conferencia nacional de octubre pasado. La mayoría hegemónica del partido no cuestiona el pacto, pero también pide que se revise el acuerdo cuando toque, en 2010. Reclama más exigencia y líneas rojas muy bien trazadas. Dijimos que no vendíamos hojas de ruta incumplibles. Nuestro objetivo hasta 2010 también pasa por elementos que están en el acuerdo de Gobierno, como la ley de consultas populares o la ley de inmigración catalana, o la proyección catalana en el exterior, por no hablar de la internacionalización. Y también creemos que ahora, a mitad de mandato, es bueno hablar con los socios y si hace falta cambiar algo. Pero esto no se tiene que ver con dramatismo.

P. ¿Además de estas cuestiones, hay algún punto más urgente que revisar? ¿Han recibido algún mensaje de la militancia?

R. No quiero señalar nada en especial. Primero queremos hablar. No lanzaremos globos sonda, pero tenemos nuestra opinión sobre el cumplimiento del pacto de Gobierno. Después del congreso del sábado Joan Puigcercós y yo mismo pediremos una reunión pronto con los demás grupos del tripartito y también con el jefe de la oposición. El desarrollo de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto y la negociación de la financiación requieren mucho apoyos.

P. ¿El resultado de Ernest Benach en la candidatura presidencial certifica el fin del carodismo en ERC?

R. Hemos dicho repetidamente que sólo tenemos palabras de reconocimiento y gratitud por todo lo que ha significado Carod Rovira, que ha sido nuestro máximo referente institucional y orgánico desde 1996. Carod será lo que quiera ser. Nadie cuestiona que lidere el papel de ERC en el Gobierno. Ahora no está en juego quién será el candidato en 2010, sabemos que Carod y Puigcercós quieren serlo, pero eso es para más adelante.

P. ¿Habrá nombres de los candidatos que no han ganado en la próxima ejecutiva que formarán Puigcercós y usted?

R. Espero que sí. El propósito es que estén todos. No vetamos a nadie. Otra cosa es que alguien se autoexcluya, como ya he oído de algún candidato.