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El falso promotor convirtió a sus clientes en comisionistas

González Grandal ofrecía propiedades a precios de ganga

El falso gestor inmobiliario que vendió centenares de pisos y locales comerciales de promotoras de Vigo en Salvaterra, Cangas y Moaña, utilizó a la mayoría de sus víctimas para atraer otros compradores que les entregaban el dinero en concepto de fianzas. Ofertando propiedades a un precio muy por debajo de su valor en el mercado inmobiliario, José Manuel González Grandal, Josiño, en connivencia con su socio José Carlos Barros Romero, creó su propia red de recaudación y estafa cuyo verdadero alcance aún se desconoce.

A cambio de que captasen nuevos clientes, González Grandal les ofrecía primero una comisión y cuando le entregaban el dinero y los contratos firmados de amigos y conocidos, les hacía otra propuesta que consistía en regalarles la entrada de un piso en construcción en Cangas y Moaña a precios de ganga. Algunos de los edificios que utilizó de gancho para hacer los falsos contratos y cobrar el dinero que le iban adelantando sus víctimas están prácticamente acabados o en obras.

Las investigaciones que se iniciaron el 29 de mayo, tres días después de que los presuntos estafadores se fugasen a Suramérica, han permitido identificar a un centenar de afectados, a los que cobraron en total unos cuatro millones de euros. Pero siguen apareciendo más víctimas. Ayer otro matrimonio se sumó a las denuncias que se han presentado ante la Guardia Civil de Salvaterra. La mayoría son emigrantes de Salvaterra, Santiago, Redondela y As Neves en Mallorca, Barcelona o Cádiz. Los afectados quieren estudian acciones legales conjuntas.

En algunas denuncias se hace constar que, para que sus clientes comprobasen el acabado de los pisos, González Grandal enseñaba uno del edificio Plaza, ya rematado y construido por la promotora viguesa Promocons Visalmi, SL. frente del ayuntamiento de Salvaterra. "Siempre iba acompañado por una mujer de nombre Verónica, que llevaba las llaves y era la que nos atendía por teléfono cuando llamábamos a esta inmobiliaria preguntando por Grandal", declararon algunos afectados.

González Grandal utilizó el nombre de su tío, Arturo Grandal, el alcalde de Salvaterra, como garantía de las falsas operaciones. "Él podía decir lo que le diera la gana, no me importa", declaró el alcalde, consternado por lo sucedido. "Me importa toda la gente que fue estafada. Pongo a su disposición los servicios jurídicos del ayuntamiento para lo que necesiten, y entiendo que confiasen en él, porque aquí para la gente sigue siendo Josiño".

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