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A mordiscos por un pez

Para hacerse con una merluza o una pescadilla gratis, algunos llegaron ayer a las manos para abrirse hueco ante el pequeño camión frigorífico que los marineros aparcaron a las puertas del Ayuntamiento coruñés para repartir 4.000 kilos de pescado. Centenares de personas, armados de bolsas de plástico y algunos incluso de una caja de cartón, se agolparon ante el furgón con avidez. Una señora llegó a morder la mano de otra hasta hacerle sangre para avanzar entre la multitud y obtener un ejemplar de varios kilos.

Otros recurrieron a enérgicos codazos y empujones para alcanzar idéntico propósito. "Luego dicen que no hay crisis", se indignaba un señor ante la escena, poco edificante, que, pese a ocurrir en el corazón de A Coruña, recordaba las imágenes del reparto de ayuda humanitaria en un país azotado por alguna catástrofe. "Lo que hay es más hambre de lo que parece", replicaba una señora. A la oferta de pescado gratuito, que se prolongó durante casi una hora, acudieron muchos jubilados, pero también madres de familia con sus hijos de corta edad y jóvenes. Y una vez logrado el oloroso botín, todo fueron palabras de apoyo a los pescadores y sus protestas por el elevado precio del carburante.

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