El modelo territorial, por fin

El presidente de la Generalitat, Francisco Camps, presentó ayer los primeros mimbres de lo que pretende convertirse en un modelo territorial consensuado que guíe el crecimiento económico y social de la Comunidad Valenciana. El de ayer es el enésimo intento por parte de los distintos gobiernos de la Generalitat de dotarse de un plan territorial. La diferencia respecto a intentos anteriores es que Camps ha apostado por abrir el modelo territorial a la participación, para que entidades y ciudadanos puedan realizar sus alegaciones. Las cuestiones y los documentos sobre los que se pretende debatir, que constarán de tres fases, se podrán ver en una exposición itinerante por las tres capitales valencianas y a través de Internet. El proceso se ha dividido en tres fases: Objetivos y criterios, Las 100 metas y avance de propuestas y Estrategia Territorial de la Comunidad Valenciana. Luego será el Consell el que tenga la última palabra, si es que el proceso llega a buen puerto.

"Les propongo la vertebración del sentimiento y del corazón"

La propuesta inicial incluye 25 objetivos y 350 recomendaciones

Camps presentó su iniciativa ante un notable auditorio de empresarios, responsables de infraestructuras y dirigentes financieros deseosos de propuestas y nuevos segmentos de negocio en un momento de parón en el sector de la construcción.

Sin embargo, el documento repartido ayer no deja de ser una mera declaración de intenciones que incluye 25 objetivos, con los que difícilmente se puede estar en desacuerdo, y 350 criterios y recomendaciones. Entre los objetivos abundan las declaraciones grandilocuentes. Basten como botón de muestra las cinco primeras: 1/ Ser el territorio con las mejores condiciones de vida del Arco Mediterráneo europeo. 2/ Mantener la diversidad y la vertebración del sistema de ciudades. 3/ Situar el área urbana de Valencia en la Liga de grandes ciudades europeas. 4/ Convertir el área urbana de Alicante y Elche en el gran nodo de centralidad del sureste peninsular. 5/ Desarrollar todo el potencial metropolitano del área urbana de Castellón.

Los 350 criterios y recomendaciones son más concretos, aunque tropiezan antes de nacer con una reglamentación autonómica y municipal que no los ha tenido en cuenta. Así, entre estos criterios se indica que "la actividad urbanística tiene que adoptar unos patrones de crecimiento que moderen el consumo de suelo", o que "el ritmo de crecimiento se adecuará a la efectiva implantación de dotaciones y equipamientos básicos, los sistemas generales y de transporte público".

Entre el selecto auditorio, varios de los asistentes no ocultaron su desencanto por el escaso detalle con que los paneles y el folleto realizado abordan el debate sobre el modelo territorial.

Sin embargo, la visión del presidente de la Generalitat es bien distinta. Camps se mostró autocomplaciente: "Hasta aquí hemos traído la Comunidad Valenciana y no lo hemos hecho mal. Creo que estamos en el momento adecuado para plantear este proyecto. Debe ser una experiencia única".

"Hemos vertebrado territorialmente y sentimentalmente el territorio. Les propongo la vertebración del sentimiento y del corazón", continuó Camps que no ocultó su deseo de que la iniciativa sirva trasladar un sentimiento de pertenencia común a todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. "También pretendo que el compromiso y el sentimiento sea de ámbito autonómico", sentenció Camps.

Por su parte, el consejero de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, reconoció que una estrategia territorial "solo puede servir si está basada en el consenso". García Antón recalcó que la Comunidad Valenciana "debe apostar por un escenario europeo de cohesión, rompiendo su posición periférica", tener capacidad de atraer "talentos" y "consolidar una trama verde que tenga continuidad y funcionalidad". Además, el consejero apostó por potenciar las áreas de las tres capitales, la red de ciudades y el modelo mediterráneo de ciudad.

La propuesta de ayer forma parte de la ofensiva del Consell, que atraviesa dificultades presupuestarias, para retomar la iniciativa política y evitar que se le puedan lanzar críticas de estar paralizado.