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Las Cortes, al servicio del presidente

La primera institución de la Generalitat cumple 25 años en horas bajas

Francisco Camps, presidente de la Generalitat, llegó puntual al acto institucional que se celebró ayer en el jardín del Palau dels Borja, sede de las Cortes Valencianas, con ocasión del 25º aniversario de la primera institución de la Generalitat, al menos formalmente. María Fernanda Vidal, secretaria de la Mesa, leyó la lista de los diputados que integraron la primera legislatura entre 1983 y 1987. Todos recibieron una distinción. Algunos, todos del PP, algún aplauso.

Milagrosa Martínez, presidenta de las Cortes y anfitriona del acto, tomó la palabra para celebrar "la consolidación del sistema de gobierno" y subrayar el progreso y las cotas de bienestar social alcanzadas por los valencianos en los últimos 25 años. Un discurso tan formal como vacío.

Albiol: "No hay nada que celebrar, aquí no hay separación de poderes"

El presidente de la Generalitat posó junto a los primeros diputados electos del Parlamento autonómico y corrió al primer paso para recibir un facsímil del Llibre del Furs. Hubo algún comentario informal. El facsímil se colocará en el Salón de Cortes del Palau de la Generalitat. Otros dos ejemplares se remitirán a la Casa Real y al Congreso de los Diputados. A continuación, Camps abandonó las Cortes. Apenas había transcurrido media hora.

Ni la publicidad institucional, ni la pobre exposición conmemorativa que alberga el vestíbulo del Palau dels Borja, ni el vídeo institucional que difunde la página web de las Cortes -exclusivamente en castellano y con un coche de Fórmula 1 como paradigma de progreso- paliaron la frialdad del acto. Los desaires del Consell y de la mayoría absoluta del PP hacia la "primera institución" de la Generalitat la han vaciado de contenido.

Cuando los micrófonos de radios y televisiones rodearon a Ángel Luna para pedirle un comentario al discurso de la presidenta, el portavoz socialista, uno de los distinguidos como integrantes de la primera legislatura, se quedó en blanco. No había percibido ninguna idea. Apenas acertó a recordar la "ilusión y el sagrado respeto a las normas de la institución" que imperaban en los primeros años de la democracia frente a "la dureza" actual. "Parece que las Cortes sean algo molesto donde hay que comparecer de vez en cuando, pero que no tienen mayor valor y trascendencia", lamentó.

Marina Albiol, de Compromís, fue mucho más lejos a primera hora de la mañana: "No hay nada que celebrar. Hemos retrocedido 200 años. Las Cortes de Cádiz promulgaron la separación de poderes, pero aquí no se practica. El virrey Camps ya ni siquiera tiene que venir a dar cuentas de su gestión. El PP ha cerrado el círculo, no permite la actividad parlamentaria ni el debate, vivimos en una dictadura encubierta".

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