"A la gente le encanta ver a señores mayores haciendo el tonto"

"Usted es uno de los tres actores que más me gustan, con ese que anuncia café y el de la coleta que da puñetazos", comentó la señora del guardarropa de la marisquería. Hubo que indagar para descubrir la identidad de los otros dos actores, ya que la de Antonio Resines estaba clara. Eran George Clooney y Steven Seagal, un trío inimaginable en una película.

Tras 'Los Serrano' tocan vacaciones "de las de antes: de dos o tres meses". Y cine

Resines, con 30 años de oficio, acaba de concluir la serie Los Serrano, una historia que comenzó hace seis años y que semana tras semana ha conseguido unas cifras de telespectadores extraordinarias: 157 capítulos de taberna, mujeres, hermanos, amigos, hijos y popularidad (más de cinco millones de audiencia media). "La verdad es que tengo una sensación estupenda de los años de rodaje. Tuve la suerte de tener unos compañeros estupendos, un gran equipo y, sobre todo, porque hacíamos comedia y a la gente le encanta ver a unos señores mayores haciendo el tonto, así que no tengo absolutamente nada que reprochar a la serie". Lo explica el actor de Torrelavega, de 52 años, que ejerce de cántabro. "El otro día vi a Revilluca en un informativo explicando cómo había rescatado a varios vecinos de las inundaciones en Entrambasaguas. Parecía que hablaba en nos mayestático pero no, había sacado a varios vecinos, él y los bomberos, con sus propias manos. Es un figura".

Dejemos constancia de que el restaurante, por la cercanía de su casa, lo eligió el entrevistador y no el entrevistado, por más que tanto las gambas como la merluza rebozada fueron sugerencia suya. "Vino, no. Prefiero la cerveza", y un chupito de aguardiente con el café. Saludó a varios comensales, a los camareros, al maître y aceptó con gusto la trinidad fílmica de la señora del guardarropa.

"Lo que es evidente, y en eso Azcona y Ruiz Zafón, cada uno por su lado, tenían razón, es que los guionistas de la tele son una escuela estupenda. Es verdad que casi ninguno da el salto al cine, pero es que, por un lado, no hay industria y, por otro, los guionistas de series están acostumbrados a trabajar en equipo, incluso subdivididos: unos escriben argumentos, otros diálogos y otros chistes, gags. Es un trabajo distinto. En estos años lo que sí hubo fueron algunos cambios de tendencias dentro de la serie: rachas de cierto drama y, la mayor parte, mucha comedia. Pero con todo, y pese a rodar 10 horas diarias, tengo que citar a Teo Sacristán, el director de la Feria del Libro, que decía hace poco que 'trabajar, trabajar, es lo de la mina o hacer zanjas. Lo demás no es trabajar', lo que comparto completamente".

El actor se va a tomar ahora unas vacaciones, "de las de antes, dos o tres meses". Se irá a su Cantabria y esperará el rodaje de su próxima película: La daga de Rasputín, segundo largometraje del actor y realizador Jesús Bonilla, y en el que vuelven a coincidir varios personajes de su primera película, El oro de Moscú. A ello hay que añadir el proyecto de Manuel Iborra, Los millonarios, presecuela de Orquesta Club Virginia y en la que los mismos músicos, baqueteados por la vida, se dedican a tocar en los países nórdicos, compartiendo desdichas y miserias. "De momento", concluye, "prefiero hacer cine que televisión". Quizá por eso rechazó, educadamente, una serie que le propuso Álex de la Iglesia, Plutón verbenero".