Nervios previos y satisfacción en los jardines del Retiro

Expectación. Mordedura de uñas. Tensión. Tal secuencia sesgó el ánimo de muchas de las 300 personas que asistían ayer al seguimiento oficial, desde Madrid, de la designación en Atenas de las ciudades precandidatas a los Juegos Olímpicos de 2016. El pabellón de los jardines de Cecilio Rodríguez, en el parque del Retiro, se hallaba lleno a rebosar. Una gran pantalla monopolizaba la atención de los reunidos, a mayor gloria de Telemadrid que, en solitario, televisaba desde Atenas el veredicto. La decisión se retrasaba.

Cuando, desde la capital griega, la señorita C. Davies comenzó a enunciar entre las ciudades electas "Chicago, Tokio, Río de Janeiro...", esos segundos en suspenso asustaron a los presentes -ediles, hombres de empresa y muy pocos deportistas- hasta que, al poco, surgió nítido el nombre "... Madrid". Muchos respiraron entonces, pero tardaron en reaccionar. Ana Botella, concejal del Partido Popular, y Ángel Pérez, de Izquierda Unida, que se hallaban sentados al lado, intercambiaron comentarios jocosos y sonrisas.

"En el estilo de Madrid, lo primero en este caso es saludar a Bakú, Praga y Doha, las ciudades que no han sido designadas", decía con deportividad Manuel Cobo, vicealcalde. Ángeles Álvarez, del PSOE, mostraba "el entusiasmo de todos los madrileños por recibir aquí los Juegos Olímpicos". Por su parte Ángel Pérez aludía a "la obligación que tenemos de seguir trabajando para que Madrid sea sede olímpica", mientras Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, consideraba la elección madrileña como "lógica".

Javier Hernández, viceconsejero de Deportes del Gobierno regional, subrayaba la "alta capacidad de organización de Madrid para grandes eventos deportivos". El arquitecto y ex concejal Pedro Ortiz veía la designación como "ocasión única para idear un proyecto de ciudad transcontinental". Y un vecino de Centro se quejaba: "Que vengan los Juegos, pero en mi barrio teníamos un polideportivo, el de La Cebada, y nos lo van a tirar".