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Mas enfría el deseo del PSOE de aliarse con CiU en el Congreso

Convergència i Unió (CiU) pedirá al Gobierno que pase de las "lisonjas y los piropos" a los hechos -financiación e inversiones en infraestructuras en Cataluña- si aspira a tener en los nacionalistas catalanes un aliado fiel en el Congreso de los Diputados. Frente al llamamiento de ayer del portavoz socialista, José Antonio Alonso, para buscar "fórmulas estables" de colaboración entre ambos partidos, el convergente Artur Mas advirtió de que, por ahora, no se dan las condiciones necesarias.

El nuevo modelo de financiación, que para Mas debe estar concretado el 9 de agosto, y un generoso aumento de los recursos destinados a Cataluña en los presupuestos para 2009 podrían convencer a CiU de que el ofrecimiento socialista va tomando cuerpo.

Hasta entonces, Mas sólo se comprometió a mantener un diálogo fluido con el PSOE para hallar objetivos coincidentes, por ejemplo las medidas necesarias para hacer frente a la "crisis económica".

En una entrevista en TV-3, Alonso se deshizo ayer en elogios hacia la coalición nacionalista. "CiU es un partido responsable. No sería extraño que buscásemos fórmulas más o menos estables de colaboración (...), después del verano será un buen momento para estabilizar las alianzas políticas para tener una legislatura tranquila y remontar la situación económica", afirmó. La matización temporal es significativa, pues Convergència celebra en julio su congreso, en el que podría fijar las condiciones para avanzar en esta pretendida entente con el PSOE.

Artur Mas recordó ayer, tras la reunión de la ejecutiva, que la existencia del tripartito catalán, con CiU en la oposición, "dificulta mucho el entendimiento" con los socialistas en Madrid. "Mientras haya un tripartito en Cataluña al que tenemos que hacer oposición cada día, no se puede apoyar a los socialistas en Madrid. Es incompatible. Sería una incongruencia", avisó.

Sin embargo, si el Gobierno, dijo, "cumple sus compromisos con Cataluña", CiU avanzará hacia posiciones más favorables al entendimiento. Entre estos compromisos, Mas se refirió a la nueva financiación, "que debe recoger lo fijado en el Estatuto"; mayores inversiones del Estado en Cataluña recogidas en los presupuestos para 2009, y el freno a la "constante invasión competencial".

El portavoz del PSC, Miquel Iceta, dio la bienvenida a esta cooperación: "Todo lo que sea implicación de fuerzas políticas catalanas en el gobierno de España nos parece bien". Palabras que contrastan con la irritación con que los socialistas catalanes han acogido cada guiño de José Luis Rodríguez Zapatero a CiU.

Ayer Artur Mas dio a conocer en la ejecutiva un sondeo interno de CiU de 1.400 entrevistas. Según esta encuesta, los nacionalistas catalanes romperían la hegemonía del tripartito al conseguir 55 diputados en el Parlament. El PSC incrementaría su representación hasta situarse en 43. ERC bajaría de 21 a 15; IC, de 12 a 9, y el PP, de 14 a 10. En cuanto a Ciutadans, mantendría sus tres escaños.

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