Cinco años de distancia desde el caso del Atrium Beach
El Atrium Beach estaba concebido como el hotel más grande de Europa en primera línea del mar. Sin embargo, el ambicioso complejo que se levantaba en la playa de La Vila Joiosa se frenó en seco a raíz de dos accidentes laborales, en el espacio de seis días en septiembre de 2003, que costaron la vida a tres operarios. Esa tragedia laboral no desencadenó la contundente reacción sindical y de trabajadores que ha suscitado la vivida cinco años después por las cuatro muertes en las obras del nuevo estadio del Valencia.
El primer accidente en el Atrium se registró el 11 de septiembre de 2003 y se saldó con un obrero de 28 años muerto y dos heridos graves. El segundo accidente se produjo seis días después y fallecieron dos albañiles de 20 años. Tras este accidente, y debido a la presión de los sindicatos, que achacaron los accidentes al incumplimiento de las medidas de seguridad previstas en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, la Dirección General de Trabajo precintó la obra el 18 de septiembre de 2003.
Los accidentes laborales del Atrium motivaron una investigación impulsada por el entonces fiscal de delitos laborales de Alicante, Miguel Gutiérrez. El juzgado todavía no ha cerrado el sumario.
Las muertes de los tres albañiles del Atrium, en pleno boom de la construcción y con obras plagadas de contratas y subcontratas, incrementaron el celo de los sindicatos a la hora de exigir el cumplimiento de la normativa laboral. De hecho, desde entonces, UGT y CC OO han trasladado a la Fiscalía de Delitos Laborales cada una de las muertes de trabajadores en el tajo.
La tragedia laboral destapó que las obras del hotel eran ilegales por sobrepasar la volumetría autorizada por el planeamiento de La Vila. Desde que Trabajo paralizó las obras del hotel la piqueta solo ha vuelto a ese tajo para ejecutar la demolición. El resto del complejo, ya legal, está inconcluso.
Con todo, la mayor catástrofe laboral de la Comunidad Valenciana ocurrió el 3 de julio de 1997 en el puerto de Valencia. Fallecieron 18 trabajadores en el incendio del Proof Spirit, un buque en construcción en los astilleros de la Unión Naval de Levante. Tres responsables de la empresa fueron imputados y aceptaron penas de entre 16 meses y dos años de prisión por 18 homicidios imprudentes. La compañía indemnizó a los familiares de las víctimas con 72.100 euros.
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