Sesión de 'pitching' en la facultad
Los estudiantes aprenden a 'vender' programas audiovisuales a productoras
"Se trata de una serie de bajo presupuesto", "podría servir para promocionar el sitio web de una televisión", "tendría 13 capítulos de 10 minutos", "se sitúa en el departamento de reclamaciones de una gran cadena de venta de electrodomésticos"... Isabel González y Carol Haefligher, mientras proyectaban en una pantalla gigante las elaboradas imágenes de Frikibug, la serie de ficción para Internet que elaboró su grupo de trabajo en el master en Contenidos y Formatos Audiovisuales de la Universitat de València, se afanaban en vender su producto a una representación de profesionales de la televisión. Las I Jornadas Contd, contenidos para la televisión digital, organizadas por la Universitat, abordaron ayer a modo de entrenamiento una sesión de pitching, las breves intervenciones en las que las productoras de contenidos audiovisuales ofertan sus productos a cadenas o distribuidores.
"No dejéis vuestras ideas en el cajón", pidió el presidente de los productores
"¿Por qué la imagen está tan saturada?", preguntó Francisco Javier González, productor ejecutivo de Televisión Española. "En la pantalla se ve más saturada que en el ordenador", es la respuesta. "¿Por qué Frikibug, los personajes no me parecen tan pasados?", interviene Emilio Oviedo, de la productora Índigo Media. "La pija es excesivamente pija, el vago no es solo que lo sea, es que se duerme en el trabajo", afirman para defender sus creaciones. "Habéis hecho un gran esfuerzo en describir los atributos de los personajes, pero no sus motivaciones", critica Joan Úbeda, de Mediapro. Pese a las dudas, todos felicitan a los estudiantes por su "excelente" trabajo de presentación.
Un organizador de las jornadas aclara que en los pitching de verdad la vida es bastante más dura. Pero ayer todo eran parabienes. Como los encendidos elogios que recibió Juan García por su serie de animación Slap Village, "traducido Villa Tortas", para móvil, Internet y televisión.
También gustó Sin reservas, el "docugame" o mezcla entre "reality show, concurso y documental de viaje" que presentó otro grupo de estudiantes. Se trataría de un programa de entretenimiento con un plató fijo, varios móviles y conexiones en directo en el que varias pandillas de seis amigos deberían viajar durante 12 semanas por ciudades europeas y superar pruebas. Y las expulsiones las realizaría el público. La presentación fue "impresionante", a juicio de Ximo Pérez, presidente de los Productores Audiovisuales Valencianos, pero planteó una duda: "No sé si con 70.000 euros por capítulo se podría hacer". Úbeda añadió que costarían, "de saque, sin pensarlo, como poco, más de 250.000 euros".
El "docu-show" Vidas de película, en el que filmes conocidos sirven para introducir vidas reales con finales no necesariamente de celuloide, centró el problema de los derechos de transformación de las imágenes. Y la comedia de situación Enredados planteó la duda de que casi se elimine el encuentro entre los personajes, enganchados a la red, lo que a juicio de César Martí, de Conta Conta, da pie al género. Es más, Jordi Hidalgo, de RTVV, echó de menos algo: "En cualquier sitcom hay un bar".
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