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Reportaje:

"Al tenista se le maltrata"

Las siete bajas en Roland Garros por lesiones disparan las críticas contra la dureza del circuito

En Roland Garros, la lluvia fabrica millonarios, hunde calendarios y alimenta la polémica. Se cayó el cielo en París y con él se atrancó la puerta del debut de Rafa Nadal, que aguardó dos horas y media a que escampara. El agua tuvo consecuencias inmediatas. Las catacumbas de los vestuarios se saturaron de tenistas quejosos, de humedad de chaparrón, de sprays milagrosos y de entrenadores deseosos de informes meteorológicos. La caseta sometió a debate las condiciones de juego, el número de torneos, todo. El enfado es profundo. Lo resumió el doctor Montalvan, médico de Roland Garros. "Al tenista se le maltrata: juega mucho y sobre superficies diferentes. Eso es seguro", argumentó; "no puede estar siempre a su nivel, aunque hay quien no se lesiona frecuentemente, como Federer. No pueden con todo, aunque no creo que, estadísticamente, haya más lesiones".

En los cuatro últimos torneos ha habido 19 tenistas incapaces de acabar sus partidos. Hasta siete se han perdido Roland Garros por lesión: Roddick, Tsonga, Gasquet, Haas, Grosjean, Pavel y Hanescu. Y nadie, ni siquiera los más grandes, se sienten a salvo del contagio. No Federer, vencedor ayer de Sam Querrey (6-4, 6-4 y 6-3). Y tampoco Nadal, que bajaba con los pies juntos y a saltos las escaleras. Al menos hasta el sábado, el español se protegió el pie derecho de lo que queda de una ampolla.

Nadal viste una almohadilla ergonómica con un agujero que coincide con los restos de la inflamación que le afectó en Roma, cuando pensó que sería "imposible" jugar. La protección marcha atada a su cuerpo con un pegamento especial y un spray "novedoso": "por precaución". El problema, dicen en su círculo íntimo, ya está "controlado". Aun así, es el mejor reflejo de la tiranía del circuito. Han sido cuatro torneos de tierra en cuatro semanas. Y un problema común a casi todos los tenistas: el peligro es obligatorio. París decide quién disputará los Juegos Olímpicos de Pekín.

"Estoy tomando el riesgo de hacerme una fractura por estrés", dice Fernando Verdasco, que se lesionó el pie derecho en Hamburgo; "es una incógnita. Pasan las horas y se recupera. Pero, según juego, me lo puedo cargar más. Cada día me lo manipulan. Cuando lo hacen, me duele. Si no fuera Roland Garros, estaría en casa".

"Es verdad que hay muchos torneos, pero no es el tema", contesta Federer. "Sé que el calendario está siempre sobrecargado, pero el tenis es así. Lo siento. Es el circuito, que de enero a noviembre no para. Habrá lesiones. Irá a peor. Pero nosotros controlamos cuánto jugamos. Hay que cuidarse", advierte.

Mientras tanto, la lluvia, agua para todos, es oro para pocos. Las nubes tuvieron consecuencias en la economía del torneo: los paraguas oficiales subieron a 60 euros. Los chubasqueros, a 15. Y los cojines contra asientos mojados, a 10. Mucho dinero a cambio de 31 partidos suspendidos por la lluvia. Si hoy para, Nadal debutará en el segundo turno contra el brasileño Bellucci.

Primera ronda: Hombres: M. Granollers-M. Berrer (Ale.): 6-3, 3-6, 6-2 y 6-3. T. Robredo-G. Coria (Arg.): 5-7, 6-4, 6-1 y 6-4. Ó. Hernández-I. Minar (R. Che.): 4-6, 7-6 (5), 6-3 y 7-5. P. Andújar-F. Volandri (Ita.): 6-7 (6), 6-2, 6-3 y 6-3. Mujeres: V. Williams (EE UU)-T. Obziler (Isr.): 6-3, 4-6 y 6-2.

Rafa Nadal, en un entrenamiento en París.
Rafa Nadal, en un entrenamiento en París.AP

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