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El Gobierno islamista turco se prepara para un 'golpe judicial'

La tensión política se ha recrudecido en Ankara un año después de que el Gobierno de base islamista del primer ministro Recep Tayyip Erdogan chocara frontalmente con el aparato del Estado laico. Entonces fueron los militares quienes intentaron vetar la elección del también islamista moderado Abdulá Gül como presidente de la República. Erdogan se enfrenta ahora a los jueces, que amenazan con ilegalizar su partido, a pesar de haber arrasado en las urnas en julio del año pasado con el 47% de los votos.

Los partidarios de Erdogan dan por hecho que el Tribunal Constitucional va a declarar proscrito al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) a la vuelta del verano, y a inhabilitar a toda la cúpula de su organización. Se preparan ya para fundar un partido de nuevo cuño con el que poder concurrir a unas elecciones anticipadas que consideran inevitables.

En ese enrarecido clima, el Tribunal Supremo turco acaba de lanzar un comunicado en el que se denuncia que el Gobierno "ignora la independencia de los jueces" y "quiere imponer su control sobre el poder judicial". También critica que el Ejecutivo haya enviado ya a la UE un proyecto de reforma radical del sistema judicial turco, para homologarlo con los estándares europeos, sin haber consultado antes a los magistrados.

"Los jueces del Supremo están actuando como un partido de oposición", les ha replicado el viceprimer ministro turco, Cemil Cicek. "Su declaración pública no tiene legitimidad democrática o legal. Es una declaración política y, como tal, no puede ser aceptada", advirtió el miércoles Cicek, en el hasta ahora peor enfrentamiento entre jueces y gobernantes en Turquía.

El aparato del Estado laico -encarnado por militares, jueces y profesores universitarios- ha contemplado con estupor las imágenes de la reina Isabel II de Inglaterra, tocada con una pamela británica durante su reciente visita oficial a Turquía, junto a la esposa del presidente de la República, Hayrünnisa Gül, cubierta con un pañuelo.

La ley que acabó con la prohibición del uso del velo islámico en las universidades fue el detonante de la actual crisis. La fiscalía del Supremo la recurrió en febrero, y en marzo presentó una demanda de ilegalización contra el AKP de Erdogan, al que acusa de no respetar la separación entre Estado y religión. El Tribunal Constitucional turco ya se ha reunido para dictar su fallo sobre la ley del velo, previsiblemente este mismo mes.

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