"Si tengo alguna oportunidad, es aquí"

Para el Mundial de Fórmula 1, regresar a Montecarlo supone reencontrarse con el glamour. El paddock, frente al puerto, es un escaparate de motorhomes que compite en inferioridad con los yates. Aparcados en los muelles están algunos de los barcos más sofisticados del mundo, entre ellos los que son propiedad de Bernie Ecclestone y Flavio Briatore. Pero ninguno compite con el del magnate hindú Vijay Mallya, propietario de Force India, de 91 metros de eslora. Las fiestas nocturnas con estrellas del festival de Cannes se suceden.

Sin embargo, el Gran Premio de Mónaco no es sólo eso. Para los ingenieros, Montecarlo supone el mayor reto de la temporada. Técnicamente, el circuito urbano monegasco es el más exigente del mundo. Es el más lento y tiene algunas de las curvas más pronunciadas. "Aunque no lo parezca, el piso es muy bacheado. Hay que modificar muchas partes del coche", explica Bob Bell, director técnico de Renault.

"En Montecarlo el piloto cuenta mucho más: un 50%. Confío en mí", dice el español

Todas las escuderías deben elevar entre 5 y 7 milímetros la parte más baja de sus coches para evitar las rozaduras. Como el circuito no se utiliza más que una vez al año, tiene poca goma adherida y es más deslizante. La consecuencia es que hay que utilizar suspensiones más blandas para lograr la máxima estabilidad. Mónaco es el único circuito donde se utiliza toda la carga aerodinámica posible para ganar estabilidad en la frenada y maximizar la aceleración en la salida de las curvas. Los neumáticos son blandos y superblandos, que conceden más adherencia.

También la caja de cambios sufre variaciones: hay que buscar una relación de velocidades más corta para optimizar la motricidad del coche y conseguir que resista los 53 cambios de marcha por vuelta. El motor, en cambio, es aparentemente lo que menos sufre porque sólo va a máximo rendimiento en un 45% del trazado, pero debe ser muy progresivo para evitar los trompos en la salida de las curvas.

"Es el lugar donde todos queremos ganar", asegura Lewis Hamilton, que el año pasado abrió su batalla contra Fernando Alonso en esta carrera tras sentirse perjudicado por McLaren -le obligaron a repostar tres vueltas antes de lo previsto-. Para los pilotos, cualquier error supone la pérdida de todas las opciones.

"Aquí el piloto cuenta mucho más: un 50%", asegura Alonso, que ha ganado los dos últimos años, en 2006 con Renault y en 2007 con McLaren. "Si hay alguna oportunidad este año de hacer algo, es en esta carrera. No tenemos un coche para luchar por la victoria, pero confío en mí mismo y creo que puedo sacarle esas dos o tres décimas que me permitan acercarme a la cabeza. Con neumáticos blandos estaba segundo. Pero luego con los superblandos intenté apurar la frenada en Sainte Devote y toqué la valla". El accidente de Alonso le obligó a declarar ante los comisarios de carrera porque había circulado casi toda una vuelta sin el alerón trasero. "Me preguntaron si no había podido pararme. Les respondí que estaba en Montecarlo y que no había zonas verdes para aparcar el coche", dijo Alonso.

Fernando Alonso, el número uno en casi todo... (lalistaWIP)