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Hacinados en 34 metros cuadrados

Todo el aparato directivo de ETA, si por tal se entiende su máximo jefe y sus tres lugartenientes, cabía en un piso de 34 metros cuadrados en Burdeos. Este dato fue suministrado ayer por un feliz ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien fulminó la tesis de que el lugar fuera un punto de encuentro circunstancial de Francisco Javier López Peña con sus tres subordinados. Al contrario de lo ocurrido en la localidad francesa de Bidart en 1992, cuando fue capturada la cúpula en uno de sus excepcionales encuentros en un chalé, el presunto número uno de la cúpula etarra sí residía de forma permanente en este minipiso. "Hacían su vida habitual allí". Indicó que era la vivienda temporal de los cuatro desde hacía tiempo. Fuentes de la investigación apuntan que el piso fue alquilado diez meses atrás, y lo habitaban desde hacía unos seis. El ministro, que confirmó que se les habían intervenido dos coches y "abundante material informático", dijo que aún no tenían respuesta para la presencia de muestras de explosivos en el piso. "No sabemos si era para dar cursos o para qué". En la parquedad de la exposición del ministro, amparado en que la operación seguía abierta, sí destacó la detención del ex alcalde del Andoain José Antonio Barandiaran, cuya trascendencia aseguró que evidenciarán las investigaciones en marcha. Pérez Rubalcaba tiró de ironía para atacar el cuestionamiento del PNV sobre la importancia de la detención. "Los que saben de ETA trabajan aquí". Pese a que recalcó que había tenido una reunión con sus mandos para mantener la guardia alta ante eventuales nuevos atentados, hizo el siguiente augurio: "Estamos más cerca del fin, pero no es el fin".

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