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Laboratorio de ideas

Mejor, imposible

Willie Walsh, jefe de British Airways (BA), dice que se siente como si hubiera ganado la Liga. Y no es de extrañar, porque las cosas no habrían podido irle mejor a la aerolínea. A pesar de la caótica apertura de la terminal 5 del aeropuerto de Heathrow, BA ha conseguido el santo grial de cerrar el año fiscal que concluía en marzo de 2008 con un margen de explotación del 10%, su mejor resultado hasta la fecha. También ha vuelto a repartir dividendos por primera vez desde 2001.

Pero a partir de aquí las cosas se tuercen por culpa del alza del petróleo y las malas perspectivas económicas para el mercado transatlántico, esencial para BA. La empresa ha advertido de que su gasto en carburante se encarecerá en 1.260 millones de euros, a pesar de haber cubierto un gran porcentaje de su factura de combustible de este año. También prevé que los costes no relacionados con el combustible asciendan entre un 3% y un 3,5%. Si los precios del combustible no se tranquilizan, entonces el beneficio de explotación para este año será exactamente de cero.

Y eso es dando por sentado que las ventas sigan creciendo a un ritmo del 4%, como espera conseguir BA introduciendo nuevos recargos por carburante. Cierto es que se enfrenta a menos competencia desde que algunos de sus rivales en largas distancias como Eos o Maxjet hayan caído por el camino. Pero BA se mantiene tercamente optimista sobre el tráfico de calidad, que representa la mayor parte de los beneficios de la compañía aérea. Con el PIB disminuyendo en ambas orillas del Atlántico, y sin visos de que la crisis crediticia vaya a terminar, los riesgos siguen siendo un inconveniente.

Por fortuna, BA está tomando medidas inteligentes para abordar estos problemas. Ha recortado sus planes de gastos de capital retrasando la compra de nuevos aviones. Además, tiene intención de reducir la capacidad de las rutas de invierno. BA también tiene una cuenta de resultados buena, con sólo 1.645 millones de deuda. Eso explica en parte por qué la aerolínea ha decidido repartir dividendos. La noticia hizo subir las acciones casi un 7% en Bolsa. Pero teniendo en cuenta los vientos en contra, el momento no parece muy oportuno. Existe la posibilidad real de que la compañía tenga que renunciar a la remuneración al accionista este año. Sus acciones cotizan a un PER (número de veces que el beneficio está contenido en el precio) de 4,1 veces, un mínimo histórico. A menos que el precio del carburante disminuya, o los rivales de British Airways den señales de que van a reducir capacidad, puede que su recuperación esté lejos. -

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