_
_
_
_
Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

John Phillip Law, intérprete de héroes fantásticos

Fue el ángel ciego en 'Barbarella', con Jane Fonda

Ha muerto el ángel ciego de Barbarella. Han muerto Simbad, el Barón Rojo y Diabolik. Todos ellos llevaron el rostro del actor John Phillip Law, un intérprete casi de culto que falleció el pasado día 13 en su casa de Los Ángeles, a los 70 años. Law nació en Los Ángeles el 7 de septiembre de 1937.

Hijo de un policía y de una actriz, decidió seguir el camino materno y estudió arte dramático en la Universidad de Hawai, aunque con sólo 13 años ya había actuado, sin acreditar, en el drama The magnificent yankee (1950), y el año siguiente, en el musical Magnolia, que dirigió para el cine George Sidney. Law llegaría a estudiar con Elia Kazan en el Repertory Theater of Lincoln Center y en 1962 arrancaría su carrera profesional: se traslada a Europa y trabaja en Italia a las órdenes de cineastas como Franco Rossi y Renato Castellani.

Norman Jewison es quien le abre las puertas del cine estadounidense con ¡Que vienen los rusos! ¡Que vienen los rusos! (1966), una estupenda comedia, sátira de la guerra fría, en la que un submarino soviético encalla en la costa de un pacífico pueblo de Nueva Inglaterra.

Cierto es que nunca llegaría a ser un ejemplo de ductilidad actoral, pero sus explosivos ojos azules y su belleza afilada, dulce y agresiva al tiempo, le convertirían en un actor solicitado durante décadas. En 1968, regresa a Italia para convertirse en un héroe de cómic, el recordado Diabolik, atractivo y audaz ladrón nacido de la corriente artística del fumetto nero. Ese mismo año, el director francés Roger Vadim le ofrece el que quizá sería su personaje más recordado: Pygar, el ángel ciego con miedo a volar de Barbarella, vehículo de lucimiento para Jane Fonda y adaptación del cómic de ciencia-ficción creado por Jean-Claude Forest. Law lucía su imponente presencia en un filme de aventuras intergalácticas que quedó como ejemplo del género fantaerótico, lleno de imágenes psicodélicas y con un exacerbado componente sexual, hoy algo ingenuo.

La extensa carrera de John Phillip Law incluye un puñado de buenas películas: en 1967 crece su categoría gracias a Otto Preminger, que lo recluta para su excelente drama La noche deseada, en el que coincide de nuevo con Jane Fonda. En 1970 comparte pantalla con Charlton Heston en Los indomables y en 1971, el gran Roger Corman lo convierte en el mítico Manfred von Richthofen, héroe de la aviación alemana en la Primera Guerra Mundial: en El Barón Rojo late la mejor interpretación de Law, que transmite a su personaje la combinación exacta de hieratismo externo y ardor interior.

También intervino en La muerte tenía un precio (1965), junto a Clint Eastwood y a Lee van Cleef, a quien acompañó al festival Almería en Corto en 2004 para presentar un libro homenaje, Lee van Cleef. Soledad y muerte, de Phillippe Rège y editado por la Diputación de Almería.

En los años setenta y ochenta, la carrera de Law incluye muchos filmes mediocres y también en películas honestas como La escalera de caracol (1975), El puente de Cassandra (1976) y, en especial, en una joya del género fantástico: El viaje fantástico de Simbad (1974). Muchos actores han interpretado el personaje, pero pocos con la contundencia, el estilo y la elegancia de Law. En sus manos, Simbad se convierte en un héroe inolvidable.

John Phillip Law permanecería activo, hasta este mismo año, combinando cine y televisión aunque lejos de sus días de gloria, pero con la talla de un actor siempre solvente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_