"En este pueblo todos aspiran a trabajar en el Ayuntamiento"

El Consistorio de Finestrat, con 206 trabajadores, es la principal empresa del municipio. En esta población alicantina vecina de Benidorm, que hace ocho años superó la barrera de los 2.000 habitantes y ahora tiene cerca de 5.000, en casi todas las familias se cobra algún sueldo procedente del erario público. Pero, además, según los socialistas valencianos, el alcalde, Honorato Algado, del PP, ha convertido el consistorio "en su oficina personal de empleo". Ya ha contratado a 34 simpatizantes de su partido como cargos de confianza, aunque sólo 11 tienen relación directa con el PP.

Ejemplos de las bondades de Algado no faltan. Tomás Sellés trabajaba hasta hace un año de maitre en el hotel Princes Park de Benidorm. Se presentó de número siete en la lista del PP de Finestrat y no salió elegido concejal, pero el nuevo alcalde le nombró coordinador de Deportes con un sueldo de 26.000 euros, casi el doble del que recibía. Su esposa, Linda Owen, dejó de ser dependienta para entrar en la oficina de relación con los ciudadanos extranjeros.

Vicenta Climent era gobernanta de una residencia de la tercera edad, pero ahora, tras apoyar la campaña del candidato popular, ocupa el puesto de jefa de personal con uno de los mejores sueldos del consistorio (27.000 euros). Otros militantes, apoderados y colaboradores del PP han mejorado su situación laboral, como Eliseo Dasilva, comercial de una inmobiliaria y responsable ahora de un centro social, o María Elvira Lloret, que ha pasado de ser cajera en Carrefour a recepcionista del Ayuntamiento.

Un año después de que el PP ganara las elecciones por sólo 14 votos, el pueblo no habla de otra cosa. "El anterior alcalde puso a gente de su confianza, y lógico es que ahora los nuevos pongan a los suyos", razona una mujer en la pescadería Quatre Cantons. El socialista Miguel Llorca llegó en 1979 a la alcaldía del municipio con una plantilla de seis empleados y un presupuesto de seis millones de pesetas [36.060 euros] y no la soltó hasta mayo de 2007, con una plantilla de casi dos centenares de trabajadores y un presupuesto de 30 millones de euros.

Por ello, el alcalde, que reconoce que ha contratado por decreto como personal de confianza a 16 trabajadores, asegura que "en todos los sitios se hace así". De hecho, cinco de los contratados ya trabajaban para el anterior alcalde socialista.

La potencia laboral del consistorio ya tiene su propia fama en el municipio, donde nadie permanece indiferente a la polémica. Carmen, argentina que lleva siete años viviendo en Finestrat, ilustra la situación: "Aquí todos aspiran a trabajar en el Ayuntamiento. Parece que ese sea el sueño de la gente de aquí...". El portavoz socialista, Vicente Martínez, culpa de la situación al nuevo regidor del PP que, insiste, "ha convertido el consistorio en su oficina personal de empleo".