Los malos tratos se ceban más en las mujeres discapacitadas

La III Macroencuesta sobre la violencia contra las mujeres, elaborada por el Instituto de la Mujer en 2006, reveló que el 3,4% de las mujeres españolas han sufrido malos tratos en algún momento de sus vidas. Sin embargo, cuando el dato se refiere al colectivo de mujeres discapacitadas, el porcentaje se dispara hasta el 8,1%. "La discapacidad es un factor de riesgo que aumenta mucho el peligro de ser objeto de la violencia", aseguró ayer José Sanmartín, director del Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia durante la presentación del VIII curso magistral de la institución, titulado Violencia, mujer y discapacidad, que se celebra hasta el viernes en Valencia.

El 8% sufre malos tratos, cinco puntos más que las mujeres en general

Sanmartín destacó que esos cinco puntos porcentuales de mayor violencia entre las mujeres discapacitadas se da igualmente tanto entre el colectivo de las que reconocen sufrir malos tratos como entre las que no lo reconocen pero realmente los sufren. La mayor diferencia es que mientras las mujeres en general sufren más la violencia entre los 35 y los 44 años, entre las discapacitadas la edad se eleva a entre 35 y 64 años. De hecho, en esa franja, más del 10% de las mujeres vulnerables sufre algún tipo de violencia de su entorno.

Según el mismo estudio, los que más ejercen la violencia sobre las mujeres vulnerables son la pareja o el marido, con un 52,9%, cifra que supone el 58,1% entre las mujeres en general. Los hijos maltratan a estas personas vulnerables en el 16% de los casos (el 11,6% entre las mujeres maltratadas). El padre en el 6,2%. La madre en el 5,8%. Los hermanos en el 14,9%. Y mientras entre las víctimas de malos tratos en general la violencia la ejercen otras personas del entorno en un 16% de los casos, entre las discapacitadas la cifra sube un poco más, hasta el 18,1%. En general las personas vulnerables sufren la violencia por un periodo superior a cinco años.

En las jornadas participarán importantes expertos en la materia, como Hilary Brown, doctora en Trabajo Social por la Universidad de Kent. Brown destacó la dificultad para detectar los malos tratos ya que "la mujer con discapacidad no quiere que se tenga una imagen de ella de que es vulnerable, necesita protección o es víctima de la criminalidad". "No quieren una protección extra ni privilegios".

Aparte de los factores comunes a la violencia de género, los expertos apuntan a que muchos cuidadores se ven superados ("están quemados") por la situación, se ven incapaces de resolver los problemas y no afrontan el problema con sosiego. Y lo pagan con la persona discapacitada, que en muchos casos, dada su situación de inmovilidad o por incapacidad mental, se ve indefensa y sin posibilidad de denunciar la situación.

Por su parte, Juana Andrés, Defensora del Discapacitado de la Comunidad Valenciana, reclamó mecanismos para detectar los casos de violencia y poner a salvo a las víctimas.