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Reportaje:

De muñeca diabólica a musa

El Macuf de A Coruña acoge la primera muestra sobre la Blythe

Nacida en Estados Unidos en 1972 para competir con la esbelta Barbie, su fracaso como juguete fue tan estrepitoso como es ahora exitosa su trayectoria como objeto artístico de culto.

La historia de la muñeca Blythe, desde sus inicios accidentados en los años setenta debido a su aspecto diabólico, así como el amplio movimiento creativo internacional que genera en el siglo XXI la pequeña figura de plástico de apenas 30 centímetros, cabeza desproporcionada y ojos enormes, se exponen hasta el 13 de julio en el Museo de Arte Contemporáneo Unión Fenosa (Macuf) de A Coruña.

Es la primera muestra en Europa de un fenómeno que causa furor en Japón y Estados Unidos. Y es que la muñeca excluida por terrorífica de los cuartos infantiles fascina a los adultos por su innumerable capacidad de transformación que la convierte en un lienzo o modelo ideal para artistas plásticos y fotógrafos de todos el planeta.

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La Blythe, aupada por miles de coleccionistas cuyo número no cesa de crecer, no sólo es un cuerpo de plástico, sino "el triunfo de la creatividad y la inteligencia sobre los estereotipos estéticos y sociales", cuenta la compostelana Clara Rodríguez, comisaria de esta inédita exposición que desde el viernes atrae a aficionados de toda España y América Latina para ver unas 110 muñecas en sus versiones urbana o rural, pija, heavy, gótica o estilosa.

Además de seis moldes originales de la fábrica norteamericana de juguetes Kenner que se arruinó en un solo un año por culpa del fracaso comercial de la Blythe, la muestra en A Coruña reúne también medio centenar de modelos originales de la muñeca que resurgió en Japón en 2001, después de que la fotógrafa norteamericana Gina Garan rescatara del olvido, con un libro de imágenes, a la pequeña y singular figura de plástico.

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Y sobre todo la exposición del Macuf, inédita en Europa porque no se limita a mostrar la Blythe como modelo de diseños de Dior, Gucci o Prada -como hicieron estas casas de alta costura-, ofrece 63 muñecas exclusivas al ser customizadas por artistas españoles, es decir transformadas como objetos creativos.

Ése es en realidad el secreto del éxito de esta muñeca y de la fascinación que genera desde volvió a la vida con el cambio de siglo: su inabarcable capacidad para ser transformada. El cuerpo y la cabeza de la Blythe ofrece miles de posibilidades.

Su signo de distinción, ese peculiar mecanismo que le permite cambiar el color y la posición de sus enormes ojos, fue lo que infundió miedo cuando nació en 1972. Hubo bastantes padres incluso que relacionaron la posibilidad de tener una muñeca con los ojos que cambiaban de verdes a azules, rosas o naranjas, con las drogas de moda en una época en la que la psicodelia triunfaba.

Pero ahora, lo que mola es precisamente transformar la Blythe, esculpir su cara con un bisturí para rebajar el plástico, maquearla con pinturas acrílicas y pasteles, teñirle y cortarle el pelo de todas las formas inimaginables. "En manos de un artista, la muñeca cambia totalmente hasta hacerse irreconocible para convertirse en un objeto artístico único", explica Rodríguez.

La joven gallega escogió su tierra para organizar la primera muestra europea a semejanza de las que hubo en Tokio y Nueva York y que incluye talleres para aprender a customizar una Blythe, galería de fotografías y conferencias que se sucederán hasta julio.

España es uno de los países que tiene más aficionados a la muñeca. Unos 2.000 usuarios están inscritos en el foro hispano dedicado a este singular juguete más importante (vidasdeplástico.com). Artistas españoles incluso realizaron modelos inéditos para esta exposición coruñesa.

"Poseer una muñeca Blythe equivale a crear, es un objeto de inspiración sin límites", afirma Clara Rodríguez. La Blythe, cuyo precio ronda actualmente los 200 euros por unidad, no fue capaz de destronar a la Barbie como juguete. Pero sí le ganó, y por goleada, la partida como musa.

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