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Reportaje:

Una docena de páginas para mejorar su imagen

Sarkozy y su esposa abren el Elíseo a 'Paris-Match' en un reportaje íntimo

Los vientos no soplan a favor de Nicolas Sarkozy, por lo que su equipo de comunicación se ha puesto en marcha. En la revista Paris-Match -propiedad de Lagardère, amigo personal del presidente francés- la portada y 12 páginas interiores están dedicadas a la pareja que ocupa el Elíseo. Él, por primera vez, deja ver los estragos de la función: las arrugas. Y por si el lector no las ve, el texto las subraya: "El rostro de uno de los más jóvenes presidentes de la República aparece marcado". Eso sí, él no es culpable de nada: "La reinstauración de la confianza ha sido barrida por la apreciación del euro y el aumento del petróleo y de todas las materias primas, así como por la crisis financiera americana".

El presidente estima que su mala imagen se debe a la prensa escrita. "Estar contra Sarkozy hace vender. Pesan más las consideraciones comerciales que las ideológicas", sostiene el entorno presidencial. Y Sarkozy resume: "En un país en que no hay oposición, la prensa se atribuye el papel de oposición". Eso le parece normal cuando son publicaciones tradicionalmente de izquierdas las que le atacan, pero no tolera que los suyos no estén con él. Hace unos dos años, Sarkozy hizo defenestrar al director de Paris-Match porque publicó unas fotos de Cécilia Sarkozy con su amante -ahora flamante esposo-, Richard Attias. El presidente no soporta que no ataquen a Ségolène Royal, que no recuerden que un tribunal laboral la ha condenado por despido improcedente. La agencia de noticias pública AFP difundió la noticia, pero, según el Elíseo, no la ha repetido lo suficiente.

En Paris-Match, Carla le llama a él "mon amour" y Nicolas a ella "mon ange". Carla se ocupa de que no coma chocolatinas -"son malas para la línea"- y Nicolas elogia la reverencia que ella hizo ante la reina de Inglaterra: "Un monumento de inteligencia".

El lector aprende también que Carla anda preocupada por el futuro del planeta: "Le he enseñado a mi hijo que no hay que dejar que el grifo fluya inútilmente". También nos enteramos de que la ex modelo y cantante ha dejado de tener que hacer cola para renovar su permiso de residencia en tanto que italiana, porque ahora ya es francesa -"el trámite se acelera cuando se conoce a alguien", dice ella-, de que no tiene permiso de conducir y de que el flechazo entre ellos lo organizó el publicitario Jacques Séguéla -el mismo que sirvió a Mitterrand- en una cena de matrimonios en la que los únicos que no eran pareja eran Nicolas y Carla. El reportaje incluye una foto de la boda de los Sarkozy facilitada por los todavía recién casados.

Carla Bruni y Nicolas Sarkozy, en el viaje oficial a Túnez, y abajo, la portada de la revista francesa.
Carla Bruni y Nicolas Sarkozy, en el viaje oficial a Túnez, y abajo, la portada de la revista francesa.AP

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