La patronal vizcaína abre la batalla por la presidencia de Confebask

Los empresarios vascos se muestran los últimos años incapaces de mantener un cierto clima de estabilidad interno. Ayer, la asociación vizcaína Cebek decidió romper con la tradición y las reglas no escritas según las cuales los presidentes de Confebask, la patronal vasca, rotaban por territorios y ocupaban el cargo durante dos mandatos de tres años cada uno.

Adegi pugnará para que Lazpiur siga como presidente un periodo más

En un comunicado, Cebek sostuvo que no existen razones "extraordinarias" para realizar un mandato superior a los tres años, que es el tiempo marcado en los estatutos. La patronal de Vizcaya señala que le corresponde la presidencia y argumenta que si hasta ahora los presidentes han ocupado el cargo durante dos mandatos era debido a que no había candidatos.

Cebek no ha querido hacer público el nombre del empresario que su ejecutiva ha decidido presentar para sustituir al frente de Confebask al guipuzcoano Miguel Lazpiur. Fuentes empresariales sugieren será su presidente, José María Váquez Eguskiza, un hombre vinculado, al igual que Lazpiur, al PNV.

El duelo está servido porque la patronal guipuzcoana, Adegi, no renuncia a que Lazpiur repita y cumpla sus dos mandatos, como han hecho los anteriores presidentes de la organización confederal. La renovación se debe producir el próximo mes de julio. Confebask confirmó ayer que las dos territoriales han decidido presentar un candidato, pero que la cuestión todavía no se ha analizado en sus órganos de gobierno.

Cebek argumenta que su propósito es ordenar los mandatos a la presidencia de Confebask, según establecen los estatutos. Vázquez Eguskiza no ha ocultado sus aspiraciones a ocupar el cargo y ya hace tres años la patronal vizcaína planteó reticencias a que fuera Adegi la que presentara el candidato.

Los empresarios vascos viven en una calma tensa y con un fuerte marcaje político. Si bien en la patronal hay tantas sensibilidades políticas como las que existen en la sociedad vasca, desde que en 2002 Román Knörr hiciera una declaración muy crítica contra la primera versión del llamado plan Ibarretxe, los empresarios han preferido mantener un perfil político bajo con el fin de huir de cualquier elemento de ruptura. Entonces las patronales territoriales estuvieron cerca de romperse y el desgaste las dejó muy marcadas.

La apariencia de unidad y calma se ha mantenido gracias a la mano izquierda desplegada por el secretario general de Confebask, José Guillermo Zubía, pero a costa de renunciar a opinar sobre las iniciativas políticas de corte soberanista impulsadas por Ibarretxe. Los dos próximos meses servirán para saber si las heridas siguen abiertas o se trata de una lucha territorial por el poder. Pero la pugna puede llevarse por delante los delicados equilibrios que sostienen Confebask.