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Reportaje:TALENTOS QUE ARRIESGAN

Un negocio con muchas novias

Isabel Zapardiez diseña vestidos nupciales a medida

No hay más que fijarse en unas largas manos talladas por años de trabajo. O en su mirada, siempre atenta a captar una emoción que luego pueda plasmar en el diseño de una prenda. Isabel Zapardiez, diseñadora de modas nupciales, lleva cosiendo desde los 11 años -"cuando me apunté a un curso de corte y confección..., aunque, en realidad, hice mis primeros pinitos con la aguja a los siete años", recuerda-.

Hija de una niña de la posguerra, el que quisiera dedicarse a la costura causó un vendaval doméstico. "Mis padres, como la mayoría de los de su época, deseaban para sus hijos una educación que ellos no habían tenido", explica Isabel. Sin embargo, progenitores e hija llegaron a un acuerdo: podría aprender el oficio por el que tanta vocación sentía si, a cambio, obtenía el examen de selectividad.

A partir de ahí comienza un viaje hacia la necesidad, primero, de sentirse realizada laboralmente. "Con veinte años, encontré un hueco en una empresa que me dio la oportunidad de formarme, lo que implicaba estar viajando continuamente, conociendo a mucha gente, bebiendo de muchas tendencias, tocando todos los sectores de la moda...". Entonces Isabel ya era una profesional cotizada, a la que no faltaban ofertas de trabajo, la mayoría procedentes de fuera del País Vasco -"estaba comenzando la deslocalización, las empresas exigían que estuvieras en el lugar de producción..., y aquello no me apetecía, yo tenía mi vida aquí y quería seguir viviéndola"-.

El trayecto había llegado a una encrucijada de caminos. Isabel podía dejarse llevar por las exigencias del mercado..., o explorar un camino nuevo, aparentemente accesible, pero en el que podía perderse: crear una marca propia de prêt-à-porter de vestuario de boda. "Compaginándolo con trabajos freelance para otras empresas, comencé a desarrollar una colección propia", comenta.

¿Por qué eligió la moda nupcial? "Surgió casi por una necesidad. En el País Vasco apenas existía tradición en la industria textil y, si quería quedarme en mi ciudad y con mi familia, no tenía más remedio que autoemplearme".

La experiencia no fue mal. Pese a no alcanzar unas ventas demasiado elevadas, la marca no hizo aguas y fue un periodo de intenso desarrollo profesional. "Lo hacía yo todo: diseñaba, patroneaba, vendía...", señala. Hasta que Isabel decidió ser madre. "Un buen día me vi en Asturias, levantándome a las cinco de la mañana, con un embarazo de siete meses y un enorme muestrario por enseñar. Me dije: tienes que pensar en otra cosa". Y la solución fue regresar a los orígenes del oficio, a la costura a medida, donde no hay que preocuparse tanto por los plazos de entrega y los costes de producción. "Se trata de recrear, disfrutar diseñando para que la clienta pueda, a su vez, disfrutar de su vestido en un día especial", explica.

Y así es como nació la firma Isabel Zapardiez, cuyas instalaciones ocupan un luminoso piso del centro de San Sebastián, diseñado por la propia modista en tonos blancos y negros. Basta recorrer las estancias de este piso de techos altos y grandes ventanales para percibir cómo los espacios de trabajo han sido claramente diferenciados. "Cuando estoy en mi despacho, actúo como empresaria, viendo telas hermosas..., pero asumiendo que tienen unos precios que no me interesan. Luego, cuando entro en el taller, llega el momento de la fantasía, de la creación", emociones que hacen de Isabel Zapardiez una empresaria diferente. -

Objetivos

- El taller en que trabajan cinco personas quiere ganar presencia nacional e internacional. Entre los días 21 y 22 de mayo, la firma presentará en la Pasarela Nupcial Puerta de Europa su colección junto a Ágata Ruiz de la Prada, Petro Valverde o Javier Larráinzar.

Perfil

- Isabel Zapardiez

Esta diseñadora donostiarra de 36 años tiene un taller en el centro de San Sebastián, especializado en el diseño de trajes de novia y ceremonia de alta costura. Enamorada de la belleza de las pequeñas cosas, si la vida la obligara a elegir, optaría por su vida personal sobre el trabajo.

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